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► Tras el retiro de Argentina, pista libre para que Chile organice en 2023 sus primeros Panamericanos. ► El país transandino justificó en el dinero su renuncia: “El presupuesto se acercaba a los US$ 700 millones”, ► Después de reunirse con Bachelet, el mi
De la forma más inesperada que se pudiera imaginar, Santiago quedó a una aclamación de convertirse por primera vez en la sede de unos Juegos Panamericanos. Buenos Aires, su única contendora para conseguir la realización en 2023, decidió bajarse ayer de la postulación y apoyar a la capital chilena, en un anuncio que llega apenas tres días antes de la primera presentación de los proyectos.
“Hemos decidido postergar la sede de Buenos Aires para los Juegos Panamericanos 2023. ¿Por qué? Porque cuando vimos las sinergias dentro de las prioridades que existían en la ciudad, era que la Villa Olímpica de 2018 se entregara inmediatamente después de los Juegos a viviendas sociales como prioridad para reurbanizar la zona sur de la ciudad. Claramente, tendríamos que hacer una Villa Panamericana bastante más grande”, expresó en un comunicado el presidente del Comité Olímpico argentino, Gerardo Werthein.
“Al realizar las proyecciones, el presupuesto se acercaba a 700 millones de dólares. Nos pareció que en esta instancia, el impacto presupuestario de los Juegos y la viabilidad era un tema demasiado fuerte, teniendo en cuenta que tenemos los Juegos Olímpicos de la Juventud el año próximo. El tema se consensuó entre el gobierno nacional, el gobierno de la ciudad y el COA, y pensamos que lo mejor es tomarnos cuatro años más”, explicó.
Incluso, el timonel transandino se comprometió a respaldar la postulación chilena. “Es una ciudad que ya se candidateó varias veces y nos parece que está bien apoyar su candidatura y así nosotros nos preparamos con más tiempo y con más tranquilidad para el 2027”, manifestó.
La bajada de Buenos Aires, si bien fue sorprendente por la proximidad de los plazos, tiene cierto grado de lógica, ya que siempre se supo que era una candidatura que creció en la misma proporción de las dudas iniciales de Santiago para postularse. De hecho, la capital de la Región Metropolitana aparecía como única aspirante a pocos días del cierre de las inscripciones. Sin embargo, las aprensiones del Ministerio de Hacienda y la delicada situación que atravesaba el país con los peores incendios de la historia, pusieron en vilo la inscripción, lo que fue aprovechado por Argentina, que sin un proyecto concreto, se transformó en el único adversario.
Ayer, la alegría se apoderó de todos en Chile. La Presidenta Michelle Bachelet citó de urgencia a La Moneda al ministro del Deporte, Pablo Squella, al intendente metropolitano Claudio Orrego y al timonel del COCh, Neven Ilic.
Este último cuenta: “Apenas nos enteramos, decidimos que lo importante era venir a contarle a la Presidenta. Ella es una gran gestora y estaba muy contenta con los desafíos que vienen para el deporte chileno”.
En efecto, así lo expresó la mandataria en Twitter. “El sueño de Santiago como sede los #JuegosPanamericanos2023 está más cerca que nunca, un gran desafío para el deporte nacional”.
Squella valoró la decisión de Buenos Aires. “Se agradece mucho el gesto de los argentinos, porque yo creo que entendieron que nuestra aspiración era un anhelo importante tras dos fracasos que hemos tenido”, comentó, en alusión a las renuncias de 1975 y 1987, a las que se sumó la derrota para organizar el evento de 2019.
Y si bien en el punto de prensa en el palacio presidencial, el titular del Deporte dijo que habrá seis meses de antelación para “organizar los mejores Juegos Panamericanos de la historia”, luego aseguró que “es muy poco lo que se puede adelantar, porque es un trabajo a seis años. Tal vez, algunos de los recursos para iniciar la realización”.
Frente a este nuevo e inédito escenario para Odepa, la ratificación como sede de los Panamericanos aparece sólo como un mero trámite. El lunes presenta en Uruguay el estado de su proyecto. Ya sin competidores a la vista. 2023 huele a Santiago.b