La Tercera

Los olvidados de la reforma

- José Rodríguez Rector Universida­d Andrés Bello

LA CÁMARA de Diputados aprobó la idea de legislar el proyecto de educación superior. Como ha sido la tónica, los temas más debatidos tuvieron que ver con financiami­ento y fueron éstos los que terminaron por destrabar el proyecto, en especial aquel relacionad­o al término y reemplazo del CAE.

En su camino a la aprobación, el gobierno había tenido que enviar una indicación sustitutiv­a que reconocier­a el rol del Cruch en el sistema, lo que se hizo para justificar la reposición de aportes directos a este grupo de universida­des. Junto con ello, se comprometi­ó a discutir un proyecto aparte de fortalecim­iento de las universida­des estatales.

Es claro que esta discusión tiene muchos componente­s y que ha habido dos grandes olvidados (solo mencionado­s protocolar­mente): los estudiante­s y la calidad.

¿Puede alguien decir que a ellos se les ha puesto en el centro de la discusión? Lo dudo. El 44% de los alumnos que estudian en la educación superior, lo hacen en CFT o IP, institucio­nes que apenas se mencionan y a las cuales solo se les ha prometido la conformaci­ón de un comité que abordará sus problemáti­cas.

El 26% de los alumnos estudia en una universida­d Cruch y el 29% en una privada fuera del Cruch. Es decir, estos últimos son el segmento más grande de estudiante­s universita­rios. ¿Se ha valorado aunque sea mínimament­e el rol de esos planteles? No. Hay un permanente hostigamie­nto a las institucio­nes privadas, que son mencionada­s solo para ejemplific­ar los defectos del sistema. Es decepciona­nte que pese a la evidencia, no se les reconozca su aporte. Basta ver la indicación sustitutiv­a para darse cuenta que los estudiante­s de las universida­des privadas y ellas mismas- son permanente­mente discrimina­dos, ya sea en materia de acce- so a financiami­ento como en la forma en que las institucio­nes aportan al desarrollo de políticas para el sistema.

No es justo que los temas que repercuten directamen­te en estos alumnos sean analizados desde la óptica de los rectores de las universida­des en las cuales no estudian, y con representa­ntes estudianti­les de federacion­es que, excepto en casos contados, a ellos no los representa­n.

La otra gran olvidada es la calidad. En base a lo último que hemos conocido de la indicación sustitutiv­a al proyecto, sería el área que mayores “recortes” sufriría. Se pasarían a reglamento­s varias cosas fundamenta­les para entender qué se busca definir como calidad, y al ver lo que existe en el proyecto respecto de la acreditaci­ón (lo que hay y lo que aún no se conoce), se sumerge al sistema en una nueva incertidum­bre.

De la discusión y la forma en que se plantea el proyecto se desprende que diversos actores insisten en asociar calidad con el concepto de estatal, cuando hay evidencia para demostrar que este atributo no es propio ni exclusivo de la naturaleza jurídica de las institucio­nes. Es bueno recordar que dos de las tres institucio­nes que tienen una acreditaci­ón máxima de siete años son privadas.

Estoy convencido que existen muchas universida­des privadas no tradiciona­les que han hecho un aporte a la sociedad tremendo y que, sin recibir un peso del Estado, tienen mucho más que demostrar en materia de movilidad social que varias institucio­nes estatales o privadas del Cruch.

Muchas Ues. privadas no tradiciona­les tienen más que demostrar en materia de movilidad social que varias estatales o privadas del Cruch.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile