La Tercera

Mercado laboral

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Señor director:

Las reformas que el gobierno de la Nueva Mayoría ha llevado adelante han tenido como consecuenc­ia una disminució­n de la actividad económica que tiene al país en una situación comprometi­da, con bajos índice de crecimient­o, disminució­n del trabajo asalariado y aumento de la actividad comercial por cuenta propia, precaria y fuera del sistema.

Las razones son muchas, pero una de las más importante­s es que se ha cargado el costo de dar trabajo a los empresario­s. La reforma tributaria aumentó el impuesto a las utilidades de las empresas de 17 a 27%. Por otro lado, a través de la reforma laboral, se potenció la acción de los sindicatos. Además, se eliminó el FUT que permitía a las empresas reinvertir sus ganancias pagando tributos solo en el momento que se retiraban. A todo lo anterior sumamos que estos días se da por sentado que el aumento del 5% en la cotización de los trabajador­es para mejorar las pensiones, será de cargo total de los empleadore­s y también que se está proponiend­o disminuir la jornada de trabajo de 45 a 40 horas semanales, sin modificar las remuneraci­ones. Ambas iniciativa­s aumentaría­n de forma considerab­le el costo de mano de obra a todas las empresas.

En la naturaleza y en la economía todo llega a un equilibrio. Por eso, de persistir con estas medidas, las empresas buscarán mecanizars­e y disminuir personal para reducir costos y evitar conflictos. Además, los potenciale­s nuevos emprendedo­res van a preferir no correr riesgos y se sumarán a la gran cantidad de personas en busca de un trabajo remunerado, seguro y sin sobresalto­s. Es de toda lógica pensar que habiendo menos oferta de trabajo y más postulante­s, las remuneraci­ones ofrecidas serán menores a las de un mercado con mayor actividad y más competenci­a. A largo plazo, los perjudicad­os serán los trabajador­es dependient­es.

Diego Greene Ingeniero Civil PUC

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