Cortes de agua en Santiago
EL INTENDENTE de la Región Metropolitana fustigó duramente a la empresa Aguas Andinas por el reciente corte de agua que afectó a buena parte de la región, a raíz de las lluvias que se registraron en la precordillera de la zona central. La autoridad señaló que las inversiones que la empresa ha realizado para impedir este tipo de alteraciones son “insuficientes”. El tenor de sus declaraciones resulta poco afortunado, porque si bien es comprensible la molestia ciudadana con este tipo de trastornos, el rol de una autoridad debe apuntar principalmente a la búsqueda de soluciones y a proponer mejores regulaciones en caso de que existan vacíos, tarea que se desdibuja cuando se busca crear un efecto puramente mediático.
No es tarea de la Intendencia calificar si las obligaciones de una empresa regulada por el Estado han sido adecuadamente cumplidas, pues dicha responsabilidad recae en la Superintendencia sectorial. El hecho de que en un plazo de un año la región haya experimentado tres cortes a raíz de lluvias, es un antecedente que no puede ser eludido y debe ser evaluado con especial rigurosidad técnica, porque si bien es posible que a la luz de esta nueva realidad climática se necesite reforzar la capacidad de almacenamiento -la empresa asegura que se encuentra realizando diversas inversiones, entre ellas nuevos estanques de respaldo en Pirque-, sería ineficiente incurrir en un exceso de capacidad, pues ello encarecería las tarifas.
De allí que resulte arriesgado afirmar que las inversiones son “insuficientes” cuando aún no se ha determinado técnicamente cuál debería ser un nivel óptimo de reservas en un escenario de inestabilidad climática, todo lo cual podría llevar a un cambio en los modelos de concesión, lo que no puede improvisarse. Ello sin perjuicio de que los sumarios en curso determinarán si hubo un actuar negligente o tardío por parte de la empresa.