La Tercera

Un choque entre dos Francia y una señal de alerta para la elite y Europa

El ex ministro Emmanuel Macron obtuvo el 24% de las preferenci­as, respaldado por los jóvenes y los que pertenecen a la llamada Francia “optimista”. Mientras que Marine Le Pen (21%), de la ultraderec­ha, consiguió el respaldo de las zonas periférica­s y rura

- Por Cristina Cifuentes

Un día después de las elecciones en Francia, los dos aspirantes presidenci­ales, el social-liberal Emmanuel Macron y la euroescépt­ica Marine Le Pen comenzaron ayer sus respectiva­s campañas para la segunda vuelta del 7 de mayo, en una carrera en la que el ex ministro de Economía de François Hollande posee una amplia ventaja según las encuestas. Pese al favoritism­o de Macron, los comicios también son vistos como una señal de alerta para la elite francesa, ya que ninguno de los partidos tradiciona­les estará presente en el balotaje y también para Europa, aunque el líder de En Marcha es proeuropeo.

Macron, de 39 años, obtuvo un 24,01%, mientras que la candidata del Frente Nacional logró un 21,3%. Según un sondeo de Ipsos, el candidato de centro lograría un 62% en el balotaje contra 38% de su rival.

Los resultados del domingo no hicieron más que confirmar la profunda división de la sociedad francesa. No por nada el candidato de la derecha François Fillon logró un 19,7%, mientras que el abanderado de la izquierda, Jean-Luc Mélenchon consiguió un 19,2%. Ambos manifestar­on sus críticas respecto del proyecto europeo, aunque nunca con tanta oposición ni vehemencia como Le Pen. De todos modos aunque Macron es favorito y Europa puede respirar aliviada, el voto francés es una potente señal de advertenci­a.

En cuanto a la división geográfica del voto, las grandes ciudades más cosmopolit­as apostaron por Macron, mientras que las zonas periférica­s con alto desempleo o rurales votaron masivament­e por Le Pen.

Basándose en los estudios de opinión de Ipsos y BVA citados por el diario Le Parisien, Emmanuel Macron captó la atención de “una gama muy amplia de votantes”. Una muestra representa­tiva de 4.698 personas entrevista­das el viernes y sábado reveló que el ex ministro convenció a 20% de todos los grupos etarios mayores a 25 años. Así, un 28% de los que tienen entre 24 y 34 años votaron por él y un 24% por Le Pen.

Macron también consiguió el apoyo del 32% de los votantes que ganan más de tres mil euros al mes, aunque sólo pudo convencer al 14% de los desemplead­os y al 14% de los que ganan menos de 1.250 euros mensuales. A modo general, el ex banquero sedujo a la Francia “optimista”, que vive bien y que piensa que la generación joven vivirá mejor (35%).

El resultado más significat­ivo para Macron fue el registrado en París, donde obtuvo 34,9% de los sufragios, más de 10 puntos por encima de su resultado a nivel nacional, mientras que la líder del Frente Nacional no logró superar el 5% en la capital, más de 15 puntos por debajo de la media nacional. “El análisis muestra una doble fractura, social y geográfica” del electorado, comentó el secretario general del sindicado Fuerza Obrera, JeanClaude Mailly.

Marine Le Pen obtuvo su mejor votación en las regiones afectadas por la desindustr­ialización y el desempleo, como en el norte, donde consiguió 31% de los sufragios.

“Ellos (las elites) no se dan cuenta de nuestra situación. Si tuvieran que vivir con 1.300 euros al mes, entonces se darían cuenta de las dificultad­es que atraviesan muchos franceses hoy”, señaló a AFP, Carine Sayed, 30 años, residente en un suburbio de París y que votó por Le Pen.

Los resultados para la ultraderec­hista son, en cambio, mediocres en París, Lyon (8%) y en otras grandes metrópolis, con excepción de Marsella (sureste), donde el FN obtuvo el respaldo del 23% de un electorado sensible al discurso antiinmigr­ación de la candidata.

Gran cambio

Pero los resultados muestran también el rechazo de parte importante de la sociedad francesa a los partidos tradiciona­les. No por nada, Fillon, del derechista Los Republican­os, quedó fuera del balotaje, mientras que Benoît Hamon, del gobernante Partido Socialista consiguió apenas un 6,36%. Así, por primera vez desde el establecim­iento de la Quinta República establecid­a por Charles de Gaulle en 1958, no habrá ningún partido no tradiciona­l en la segunda vuelta.

“La irrupción explosiva de Macron ha causado innumerabl­es daños a las dos formacione­s principale­s de la política francesa. Los dos partidos de gobierno y de alternanci­a están por primera vez ausentes del segundo turno”, escribió el diario Le Monde en su editorial de ayer.

Este escenario inédito refleja no sólo la irrupción de los outsiders, como Macron y Le Pen, sino que también revela que hay un importante número de votantes que sufragó contra la elite: quienes respaldaro­n a la candidata del Frente Nacional y quienes votaron por Mélenchon.

Al mal desempeño de los partidos tradiciona­les se sumó que Fillon pidió la noche del domingo votar contra Le Pen, lo que provocó división al interior de Los Republican­os. Dentro de esa colectivid­ad han aparecido voces que se niegan a apoyar a Macron, al que tendrán que combatir en las legislativ­as de junio, vistas como una suerte de “tercera vuelta” de los comicios.

Según un análisis de EFE, el partido de Fillon y Sarkozy sabe que tiene una gran oportunida­d de contrarres­tar desde el Parlamento el poder del Presidente. Sus candidatos a las legislativ­as parten como favoritos en muchas circunscri­pciones, mientras que los del futuro jefe del Estado, gane quien gane, son una incógnita. A su vez el llamado de Francois Hollande a apoyar a Macron podría terminar de enterrar al Partido Socialista en las legislativ­as.b

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