Déficit en educación municipal
Señor director:
Ayer La Tercera informó que el déficit municipal de Santiago en educación supera los $ 21.000 millones, según un informe de una empresa externa. Sumado a la pérdida de la excelencia en varios de sus establecimientos representa un complejo panorama para la comuna.
Los datos indican que la causa principal del déficit fue la contratación masiva de funcionarios durante la administración anterior, pasando de 2.834 personas en 2012 a más de 4.000 en 2016. Esto generó que partidas del presupuesto destinadas a infraestructura, integración o mejoramiento de los proyectos educativos fueran utilizadas para el pago de remuneraciones. Se podría configurar una eventual malversación de fondos públicos, cuyas responsabilidades deberán ser determinadas por los Tribunales de Justicia.
Sin embargo, esta triste herencia recibida no debe constituir un obstáculo para que los niños y jóvenes de Santiago reciban una educación de calidad. Desde nuestra llegada, hace unos meses, hemos trabajado duramente para mejorar la excelencia y disminuir el déficit. En ese sentido, en marzo presentamos a la comunidad el programa “Juntos, recuperemos la excelencia”. Sus principales objetivos son asumir los desafíos que la comuna experimenta en materia de calidad, infraestructura, convivencia y formación integral, entre varios otros.
No han sido momentos fáciles. Encontramos una Dirección de Educación Municipal quebrada, con establecimientos con serios problemas de infraestructura y, ciertamente, un desánimo entre los miles de funcionarios que se esfuerzan por mejorar la educación de nuestra comuna. Seguiremos trabajando convencidos de la importancia que tiene la educación pública para generar más oportunidades, contribuir a la educación de las nuevas generaciones y a la movilidad social. Julio Isamit no puede seguir manteniendo las regalías que actualmente tiene a través del manejo del CAE; sin embargo, creo que el Estado no puede hacerse cargo de este instrumento de financiamiento. Esto último me genera profundas dudas, dado que no tiene las atribuciones ni capacidades para abarcar la complejidad del sistema. Lo anterior lo digo en relación a los problemas de retrasos y burocracia que día a día viven destacados investigadores por la entrega de los fondos concursables y otro tipo de financiamientos públicos.
Así, lamentablemente hoy volvemos a ver que la calidad no está en el centro del debate, como si lo está el sesgo respecto al tipo de gobierno y modelo de institución.
Pierre Paul Romagnoli no es capaz de producir riquezas sino expropiándola de aquellos que sí la generan-, el plan de condonación termina siendo una injusticia de proporciones. Si antes los deudores tenían que pagar solo la deuda de su propio crédito, ahora no solo deberían, ante la eventual aplicación de la condonación, pagar su deuda, sino la de Pedro, Juan y Diego –y varios más- por vía de impuestos.
Teniendo en cuenta el número de estudiantes que estudiaron con CAE, más el número de estudiantes que ya estudian gratis gracias a la reforma educacional de la Presidenta Bachelet, y sumando a ello los años que en promedio se demoran los estudiantes en salir de la universidad, cualquier medida de este tipo parece una broma de mal gusto y más lesiva que cualquiera que ya se haya propuesto. que lee en 4º básico, lo que obliga a actuar con urgencia para revertir esta data.
Mejorar el aprendizaje en la primera infancia no solo contribuye en el desarrollo de los niños, sino que reduce las desigualdades, acorta brechas y favorece la inclusión social como agente de cambio. Por otro lado está comprobado que entregando adecuadas herramientas a los docentes y mejorando su propia valoración, serán parte del cambio impactando postivamente en el aprendizaje de los niños.
En este sentido es crucial la participación de todos y desarrollar políticas públicas que se enfoquen en la educación inicial y primaria, que sienta las bases para mejorar la calidad y así lograremos que nuestros niños entiendan lo que leen. Estamos en deuda.