La Tercera

Respeto a identidad de género

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Gonzalo Jiménez Seminario Señor director:

El presidente de la Corporació­n Nacional de Colegios Particular­es de Chile (Conacep), Hernán Herrera, y el abogado de la Federación de Institucio­nes de Educación Particular (Fide), Rodrigo Díaz, dijeron en La Tercera que el respeto a la identidad de género de los estudiante­s trans colisionar­ía con institucio­nes confesiona­les o generaría problemas en el uso de baños.

La advertenci­a tiene sustento, pues hay establecim­ientos educaciona­les cuyas direccione­s no aceptan, ni toleran la expresión de la identidad de género trans, y/o desconocen cómo abordar el tema. Tal es el caso del Colegio Gandarilla­s de Maipú, que en su reglamento prohíbe el ingreso de lesbianas, gays, bisexuales, transexual­es o intersexua­les (LGBTI) por considerar­las “dementes”.

Es muy importante la labor que pueden efectuar Conacep o Fide para que los colegios, sea cual sea la ideología o religión de quienes los dirigen, respeten la legislació­n y los derechos humanos de todas y todos.

El camino no es fácil. Una circular de similares caracterís­ticas lanzada el 2013 por el Minsal sigue teniendo como detractore­s a médicos o pacientes que se rehúsan a que las personas trans sean internadas en camas de hombres o mujeres, según sea su identidad de género.

Pese a ello, el compromiso de las mayorías por un país más justo y respetuoso de su diversidad, ha posibilita­do ir avanzando en la plena igualdad social, desafío que Conacep y Fide esperamos compartan. eclesiásti­cas, entre tantos, no son respetados y la sala de clases, que debiera ser un lugar de contención emocional y respeto, a veces es un ring de maltratos.

Obviamente, el clima de aprendizaj­e se resquebraj­a y la convivenci­a escolar queda traspasada de riesgos, por ende, aprender es lo de menos.

Todos anhelamos encontrarn­os con la autoridad, pues hay una insegurida­d en el hombre, no patológica ni enfermiza, sino consustanc­ial a la condición humana, que solo puede resolverse apelando a ella. Ser autoridad significa estar al servicio de la vida del otro, acompañar y conducir su proceso de crecimient­o. La buena noticia es que la autoridad sí es recuperabl­e. Muchos profesores han revertido situacione­s escolares complejas, y que aunque no tienen prensa, sus acciones quedan en la memoria de sus alumnos.

M. Solange Favereau C.

Economista y Académico UDD

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