Gorillaz sigue siendo un pretexto de Damon Albarn para montar discos solistas a su gusto.
Niccals basado en Keith Richards, sigue siendo un pretexto de Albarn para montar discos solistas a su gusto. Invita a capos de distinto calibre, desde una figura de culto del house, el R&B y el jazz como Peven Everett, hasta leyendas como Grace Jones y Carly Simon. La idea es practicar distintas vetas del pop excepto, vaya paradoja, el rock. Aún así persiste un lazo con el género desterrado musicalmente de Gorillaz: los discos se pueden leer como obras conceptuales.
En Humanz, Damon Albarn se impuso componer un álbum de música bailable que tuviera relato, una condición más bien extraña para las pistas. Inspirado en el periodo de la última campaña presidencial estadounidense, imaginó un mundo donde Donald Trump se convertía en mandatario, un futuro hoy real. Así, puso a dialogar a una serie de personajes en una intensa noche previa a la asunción al poder. En Humanz rondan temas como el racismo y la inequidad (el single Ascension), el poder (Charger), el dominio de internet (Busted and blue), y recelos hacia el magnate que ahora está en la Casa Blanca (Let
Con intro, siete interludios, 18 temas y 69 minutos de extensión total, Humanz
concreta a medias la meta de invitar al baile. Las canciones en general carecen de coros para repetir y recordar, y están plagadas de detallitos sonoros coloreando recurrentes bases inclinadas hacia el hip hop, pero a la vez parecen voladores de luces para soslayar que melodías y ganchos no abundan. Hay excepciones, claro. Momentz, tercera colaboración con De La Soul, resulta contagiosa con la ayudita de un teclado a cargo de JeanMichel Jarre con guiño a Enola Gay de OMD. Lo mismo el punzante fraseo en guitarra de Charger con la increíble voz de Grace Jones, como resalta Hallelujah money, una mezcla entre spiritual y pieza crooner interpretada por Benjamin Clementine, poeta y músico avant garde en pleno apogeo, definitivamente la canción más emotiva de todo el álbum. Así también sobra mucho material que hace de Humanz una experiencia agotadora que merece tijera.
Gorillaz