Brigitte Trogneux se alista para un rol más político como primera dama francesa
► Cuando Macron fue designado ministro de Economía, ella dejó su trabajo como profesora.
De todos los candidatos a la Presidencia francesa, el único que usó políticamente la presencia de su esposa o pareja, fue Emmanuel Macron. Algo a lo que se suma el condimento potente de que su mujer es más de dos décadas mayor. Y ahora que ganó el Elíseo, el político de 39 años no piensa dejar a un lado a Brigitte, de 64 años. “Tendrá un papel, no detrás ni escondida, sino a mi lado, donde siempre ha estado”, afirmó Macron durante la campaña.
Se espera que Brigitte Trogneux asuma un rol destacado junto al futuro Presidente de Francia. Eso, a pesar de que el papel de la primera dama no está reglamentado. De hecho, hace mucho que ella decidió rá cuando asuma el poder. El actual ministro de Defensa, Jean-Yves Le Drian, es una de las cartas que se barajan para el cargo. “Sería un excelente primer ministro”, dijo el portavoz del Presidente electo, Christophe Castaner.
Le Drian fue uno de los primeros socialistas en apoyar la carrera de Macron, al igual que Francois Bayrou, político centrista al que el Presidente electo ya le garantizó un papel clave dentro de su equipo.
Otros de los nombres que suenan fuerte son Richard Ferrand, ex diputado socialista y secretario general de la formación de Macron; la ex presidenta de la patronal francesa, Laurence Parisot y Sylvie Goulard, eurodiputada centrista. También en la lista figuraría Anne Marie Idrac, ex secretaria de Comercio.
Tras la segunda vuelta del domingo, uno de los primeros anuncios de Macron fue su dimisión como titular de ¡En Marcha!, que ahora pasará a llamarse “República en Marcha”, como parte de su estrategia electoral con miras a las legislativas.
El movimiento presentará candidatos en las 577 circunscripciones del país. Al menos la mitad de los candidatos procederán de la sociedad civil y el resto de las formaciones
►► que jugaría un rol político. Cuando Macron fue designado ministro de Economía por Francois Hollande, ella dejó su trabajo como profesora para dedicarse a la vida pública del marido.
Y durante la campaña presidencial fungió como “entrenadora-supervisora”: le dio consejos, lo corrigió, lo acompañó y se involucró en sus discursos.
Por todo eso, no se espera que quede a la sombra de su esposo como de alguna manera ocurrió con la esposa de Jacques Chirac, Bernadette, sino que brille con luz propia y con un toque aún más político que la segunda mujer de Nicolas Sarkozy, Carla Bruni, y la esposa de François Mitterrand, Danielle.b