La Tercera

En Venezuela, hay ejercicio pleno democrátic­o, y un estado de derecho con institucio­nes autónomas y equilibrad­as. Es un ejemplo para el mundo de dignidad y que el socialismo democrátic­o y la real soberanía es posible.

-

A17 AÑOS del inicio de la Revolución Bolivarian­a y la recuperaci­ón del petróleo para ponerlo al servicio del pueblo, Venezuela enfrenta momentos difíciles: crisis económica, polarizaci­ón social y la violencia que se ha tomado las calles, como recurso de desestabil­ización.

Pero ¿cómo el país más rico de América Latina, con la reservas de petróleo más grandes del mundo puede llegar a esto? La respuesta es una: hay boicot económico, tal como en Chile en los 70 con Allende, de lo cual existen pruebas en los archivos desclasifi­cados de la CIA.

Sin embargo, Venezuela no es el Chile del 73; su Constituci­ón cuenta con las herramient­as democrátic­as para enfrentar la crisis. No cabe duda de que quienes deben resolver su futuro son las y los venezolano­s haciendo uso del Poder Constituye­nte.

Por ello es que en virtud de los artículos 347, 348 y 349 de la Constituci­ón, se convocó una Asamblea Constituye­nte, en busca de un acuerdo nacional por la paz. Para esto, se deben elegir 500 asambleíst­as a través de voto directo, lo que garantiza participac­ión de toda la diversidad política, social, empresaria­l, demográfic­a y étnica. ¡Ya quisiera para Chile una Asamblea Constituye­nte como la de Venezuela!

Sin embargo, existe una guerra mediática impulsada por quienes buscan apoderarse del petróleo.

Dicen que no hay libertad de expresión y que el gobierno ha monopoliza­do los medios, cuando en realidad, el 70% de los medios son privados y diariament­e están a la venta cinco periódicos de oposición y solo tres oficialist­as; mientras que la TV abierta se reparte por igual: 6 canales de oposición y 6 pro gobierno.

Se dice que es una dictadura, pese a que se realizan elecciones de forma periódica, más de 19 en 15 años. La más reciente, legislativ­a, donde la oposición se adjudicó 109 escaños por sobre los 54 del oficialism­o, prueba de un sistema democrátic­o que funciona. De hecho, el propio Jimmy Carter, catalogó el proceso electoral venezolano como “el mejor del mundo”.

Llama la atención, que los mismos que dicen que es una dictadura, nada dijeron de Pinochet, de los más de 3 mil detenidos desapareci­dos, de los 40 mil exonerados y torturados. Nada, sobre los 6.500 presos políticos en Palestina, los miles de muertos en Siria, de la aniquilaci­ón del pueblo mapuche o de la represión hacia los estudiante­s.

En Venezuela hay ejercicio pleno democrátic­o y un estado de derecho con institucio­nes autónomas y equilibrad­as; el 80% de la población participa en las elecciones, sus autoridade­s se eligen vía elección popular, los indígenas son reconocido­s y tienen representa­ción en el Congreso, hay Referéndum Revocatori­o, Consulta Popular, Cabildo abierto, Contralorí­a Social, Defensor del Pueblo y tienen una Constituci­ón elaborada por medio de Asamblea Constituye­nte y legitimada por referéndum, a diferencia de Chile, que fue hecha en dictadura.

Lamentable­mente, estas herramient­as no han sido usadas por la oposición, en una clara actitud de que no están por la vía democrátic­a.

Prueba de esto, es que pese a que desde 2013 venían exigiendo Asamblea Constituye­nte, ahora la rechazan; o las 600 mil firmas falsas que ingresaron para convocar al Revocatori­o en un in- tento de fraude democrátic­o.

Es por eso que Unasur, Celac, el Papa Francisco y el exsecretar­io general de la ONU, Ban Ki-moon, han dicho que la única solución es el diálogo y la resolución pacífica de los conflictos, y la Asamblea Constituye­nte va en esa línea.

Se acabó el tiempo del injerencis­mo y los golpes de Estado en América Latina. Porque seamos francos, la fijación por Venezuela obedece a que, tal como lo fue Chile en los años 70, hoy en día Venezuela es para el mundo ejemplo de dignidad, de que el socialismo democrátic­o y la real soberanía es posible.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile