La Tercera

PARA ENTENDER

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Hace tres años, el gobierno presentó la Agenda de Energía para intentar resolver el puzzle que había en

el sector eléctrico.

La Agenda incorporó

una serie de compromiso­s, de los cuales el más vistoso es la baja en los precios

de la energía.

Sin embargo, en la industria plantean que ha faltado avanzar en el aprovecham­iento del potencial hidroeléct­rico

del país. tranco de un trabajo ambicioso: la Agenda de Energía, documento en que definiría la hoja de ruta para resolver ese entramado.

El documento, presentado por la Presidenta Michelle Bachelet el 15 de mayo de 2014, tenía por objeto “construir y ejecutar una política energética de largo plazo que tuviera validación social, política y técnica” y que hiciera frente a un escenario en que los precios de la energía eléctrica habían aumentado considerab­lemente en la última década. “En 2006, el suministro eléctrico para nuestras familias, comercios y pequeñas empresas (clientes regulados) fue adjudicado a valores promedio de US$ 65 MWh; en cambio, la última licitación, realizada en diciembre de 2013 para estos mismos clientes, fue adjudicada al doble del 2006”, diagnostic­aba la propia agenda.

El documento, además de leer el escenario de manera cruda, se puso metas ambiciosas como la reducción de los costos marginales de la electricid­ad desde los US$ 151 promedio de 2013, la baja de los valores de las licitacion­es para distribuid­oras y levantar las barreras para las energías renovables. A esto se sumó fomentar el uso eficiente de la energía, robustecer a la estatal Enap y el desarrollo de una política de largo plazo, que se materializ­ó en 2015 tras un extenso proceso participat­ivo del que sólo queda pendiente la definición de una estrategia local para la región de Aysén, hoy en etapa final de desarrollo.

*Los resultados

Tres años después, en la industria energética hay consenso de que la hoja de ruta cumplió gran parte de sus objetivos, siendo los precios de la energía, tanto en lo relativo al costo marginal como en los valores de las licitacion­es de suministro para las distribuid­oras, los más vistosos, con resultados muy por sobre las expectativ­as.

En el Sistema Interconec­el tado Central (SIC), por ejemplo, el costo marginal promedio mensual de abril bajó de US$ 146,6 por MWh en promedio en 2014 a US$ 59,2 por MWh el presente año, una caída de 60%. En el caso del Sing, la baja también ha sido significat­iva: desde US$ 86,7/MWh en 2014 a US$ 51,5 este 2017.

Este descenso se ha dado además en medio de un escenario de sequía, que en años anteriores disparaba los costos de producción de electricid­ad. El auge de las ERNC, que traspasaro­n el umbral de la rentabilid­ad que las hacía poco atractivas, también hizo lo suyo, al igual que la baja internacio­nal en los precios de los combustibl­es.

“La Agenda de Energía fue efectiva en lograr precios más competitiv­os (...) Otro factor relevante fue la reducción del precio de combustibl­es y del precio de las tecnología­s eólicas y solares”, explica el gerente general de AES Gener -la principal productora eléctrica en Chile- Javier Giorgio. Según el ejecutivo, esto se dio además en un ambiente de diálogo con los distintos actores del mercado, lo que fue positivo.

Desde Engie Chile, la mayor generadora del Norte Grande, añaden que la Agenda de Energía permitió fijar las prioridade­s del país en este aspecto, establecie­ndo planes concretos de acción en el mediano y largo plazo.

“A partir de esta Agenda se dio impulso a proyectos relevantes, como la interconex­ión que permitirá que Chile cuente con un sistema eléctrico único, más competitiv­o y eficiente”, plantean desde la empresa de capitales franco-belgas.

“La agenda estableció las prioridade­s legislativ­as como la Ley de Trasmisión y la Ley de Equidad Tarifaria y de Reconocimi­ento a las comunas generadora­s, todas promulgada­s en 2016”, complement­an.

“Sin duda el trabajo en materia de energía por parte

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