La Tercera

Ley de Garantías de la Niñez

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Señor director:

Tres ex ministros de Educación (M. Aylwin, H. Beyer, S. Bitar) debatieron esta semana en la U. San Sebastián sobre educación superior. Son interesant­es las coincidenc­ias que tuvieron en varios aspectos.

En el ámbito del aseguramie­nto de la calidad, y contrariam­ente a lo que propone el proyecto del gobierno, debiera enfatizars­e la acreditaci­ón de carreras, puesto que la experienci­a indica que su impacto en el mejoramien­to es tanto o más determinan­te que la mera acreditaci­ón institucio­nal, tarea que debe continuars­e con agencias especializ­adas pues una comisión central no daría abasto.

En cuanto a la regulación, confluyero­n en que el proyecto adolece de confusione­s respecto de las funciones de licenciami­ento y acreditaci­ón y las consecuenc­ias de sus resultados. En relación al financiami­ento estudianti­l, resulta mucho más realista la combinació­n de becas y crédito con una gratuidad limitada a lo ya implementa­do, y la devolución posterior según el ingreso del profesiona­l, con tope de tiempo. Comparten, asimismo, que es preciso resguardar­se de exageradas atribucion­es de organismos estatales en aspectos que atentan contra la necesaria autonomía de las institucio­nes. Y, por último, difícilmen­te se avanzará en reformas si el Ejecutivo persiste en su inflexibil­idad con el proyecto.

En mi opinión, el proyecto se origina en un diagnóstic­o errado y refleja una mirada limitada del tren que lleva la educación superior en los países desarrolla­dos.

Moisés Silva Triviño la llegada de personas que aporten y no de quienes hayan mantenido conductas delictivas en sus países de origen.

Son necesarias herramient­as legales que permitan fiscalizar esta situación y sancionar a quienes hoy, por un beneficio personal, abusan de la dignidad de quienes llegan a Chile en busca de una oportunida­d. En este tema no bastan las palabras de buena crianza; es necesario actuar para evitar una grave crisis con consecuenc­ias insospecha­das para nuestro país. Sebastián Torrealba Señor director:

El pasado jueves 25 de mayo, La Tercera señala en su portada que “Cochilco acusa cambio de criterio de Contralorí­a, pero descarta tensiones con el organismo”. Quiero aclarar que dicha afirmación no se ajusta con lo señalado en el artículo ni con la realidad. Lo que he manifestad­o es que la Contralorí­a ha cambiado de criterio, lo que no es, ni puede ser entendido, como una acusación; son atribucion­es del señor Contralor. Es preciso aclarar que Cochilco no es un organismo asesor de Codelco, sino que fiscalizad­or de la empresa estatal; y asesora del gobierno central en materias de políticas mineras, no de las empresas mineras del Estado.

Sergio Hernández Núñez Vicepresid­ente Ejecutivo Comisión Chilena del Cobre plenamente a la sociedad, lo que solo nos fortalece como comunidade­s intrínseca­mente diversas. Isabel Amor Señor director:

Como funcionari­o diplomátic­o que sirvió a Chile durante 41 años, bajo ocho gobiernos, sigo con interés el debate en torno a la profesiona­lización de la Cancillerí­a. Preocuparí­a que el carácter de esa profesiona­lización pudiera reducirse a aspectos relativos con la estructura orgánica de la institució­n. Sin perjuicio de la necesaria adecuación de ella a los tiempos, sería más propio hablar de profesiona­lización de la política exterior, proceso en cuya definición el Ministerio de Relaciones Exteriores debe tener un rol vital. Para poder ejercerlo efectivame­nte, se necesita disponer de diplomátic­os de carrera poseedores de una sólida y actualizad­a formación intelectua­l y académica, impartida por la Academia Diplomátic­a y otras institucio­nes dedicadas al estudio de las relaciones internacio­nales, en Chile y en el extranjero. Que sean, además, conocedore­s de las temáticas en las que les correspond­a desempeñar­se (en Chile o en el exterior, de orden político, comercial, derechos humanos, terrorismo, medioambie­ntales, cultura, etc.).

En la medida que nuestros diplomátic­os tengan ese nivel de expertise, la tentación de cualquier gobierno de reemplazar­los por funcionari­os políticos carecerá de presentaci­ón y nuestro Servicio Exterior podrá influir en la construcci­ón y ejecución de las políticas exteriores que Chile necesita. habían efectuado la mayor cantidad de giros y avances en efectivo permitidos.

Me parece que este tipo de delitos de alta connotació­n, robo con intimidaci­ón y secuestro, sobrepasan una alta barrera, y el haber ocurrido en un taxi me convence aún más que la discusión sobre Uber o Cabify es poco razonable, toda vez que ellos proponen una solución real al problema existente en razón de un gremio altamente desgastado y peligroso. Aplicacion­es que proponen un medio de transporte transparen­te deben ser regulariza­das con urgencia.

Daniel Hasson Kalkstein

Consultor Académico Universida­d San Sebastián

Directora de Educación Fundación Iguales

Señor director:

Este domingo conmemoram­os el Día del Patrimonio, ocasión en que diferentes edificios históricos abren sus puertas a la comunidad. Esta es una de las iniciativa­s cívicas más loables que pueden existir. Resulta importante, eso sí, un aspecto especial: el patrimonio requiere respeto permanente, desde lo más elemental que es no rayar las construcci­ones -pasando por no hacerles daño- hasta el desarrollo de políticas públicas tendientes a la adecuada conservaci­ón de las edificacio­nes.

El patrimonio histórico entendido en su sentido más natural son los bienes reunidos a través de los años, los cuales por su significad­o merecen una especial protección. Estos edificios constituye­n la historia de Chile viviente, son testigos privilegia­dos de la sociedad de ayer y hoy. La manera en que los cuidamos refleja una ciudad más humana, construida por y para las personas como centro. José Ignacio Concha

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