La nueva etapa que se abre en la Sofofa La elección del nuevo presidente del gremio permite ir superando las diferencias y concentrarse en los desafíos que enfrenta el país.
APESAR de las evidentes tensiones que rodearon la elección del nuevo presidente de la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa), sus consejeros lograron dar una importante muestra de unidad luego de proclamar de manera contundente al empresario Bernardo Larraín Matte como nuevo timonel del gremio. Se comienza así a poner fin a un capítulo complejo, y se da inicio a una nueva etapa de la Sofofa, más unitaria y en la línea de reconectarse con sus mejores tradiciones históricas, focalizándose en la tarea de resaltar el aporte del sector privado al país y generar mejores políticas públicas, algo especialmente necesario cuando el exitoso modelo de desarrollo del país se ha puesto en entredicho.
Una señal muy potente del clima unitario que se busca instalar es la invitación que extendió la nueva mesa a Rodrigo Álvarez -quien hace unas semanas había depuesto su candidatura a la presidencia, alegando la existencia de un clima adverso- para que se integre al comité ejecutivo del gremio, y desde esa instancia aporte con su experiencia. Asimismo, el discurso de despedida del presidente saliente también es valioso, pues sin desconocer las dificultades vividas en el último tiempo, también ha puesto acento en la unidad.
Es lamentable que estas elecciones se hayan dado en el contexto del escándalo que se generó a raíz de la existencia de micrófonos y cámaras en las oficinas de la presidencia de la Sofofa, como así también en dependencias de un director de Carozzi, que integraba la mesa anterior. El caso, como era de esperar, generó amplias repercusiones tanto en el ámbito empresarial como político, y por tratarse de un hecho delicado, es indispensable que sus alcances se despejen a la brevedad. De allí que resulte acertado que el caso se haya puesto en conocimiento del Ministerio Público, para que sea la justicia la que determine las responsabilidades que correspondan. La especial prudencia y neutralidad que aconseja el caso ha sido inexplicablemente quebrantada por la propia autoridad, luego de que el subsecretario del Interior anunciara que evalúa hacerse parte de las acciones judiciales, ante la gravedad que reviste el delito de espionaje; aún más críptica resulta su afirmación de que “algunos de estos hechos se producen en períodos electorales”, porque con ello da a entender que se trata de una práctica extendida, sembrando suspicacias que son impropias de una autoridad de gobierno.
A pesar de las inevitables desconfianzas que provocan incidentes como el escándalo de los micrófonos, la Sofofa está dando pasos importantes para superar esta prueba, y el discurso del presidente electo -quien se ha comprometido a aclarar todos los alcances de este lamentable episodio- resume bien el llamado a la unidad y los desafíos a los que están convocados los empresarios. Su convocatoria a revitalizar el rol de la empresa y a desterrar las malas prácticas que han protagonizado algunos actores del sector privado, fueron especialmente oportunas; asimismo, los ejes de lo que será su gestión -visibilizar el rol del sector privado en la sociedad, avanzar en estándares éticos culturales y de gobierno corporativo, y convertir a la Sofofa en un centro de buenas políticas públicas- constituyen una acertada hoja de ruta. Su gestión también debería avanzar en recoger las demandas de mayor transparencia que pide la sociedad, en lo cual resulta innecesario que el detalle de la votación de consejeros en la Sofofa siga siendo reservado.