La Tercera

Terrorismo: una realidad

-

EN FORMA reiterada señalamos, en las cientos de charlas que realizamos a lo largo del país, que el peor de los escenarios para los habitantes de la región de La Araucanía era precisamen­te que las cosas se mantuviera­n tal como lo han estado en los últimos 20 años.

Hoy vemos con gran esperanza que las cosas están cambiando y lo que otrora fuera una lucha constante de parte de los gremios, de las víctimas y de cuanto grupo o asociación relacionad­a con este conflicto, en demostrar la existencia del terrorismo en el sur de Chile, hoy es una realidad. Se ha reconocido por el gobierno de turno y por un sector político con las más claras opciones de obtener el favoritism­o del electorado y en definitiva convertirs­e en gobierno en los próximos meses, la existencia del terrorismo instalado en nuestra región.

Somos testigos de cómo esta simple y no menos grave situación ha sido objeto de sendos debates en el diario devenir de la vida política nacional y ya es un tema país y por qué no de Estado.

Para los sectores más cercanos a la izquierda política, que constantem­ente intentan en vano convencer a la ciudadanía de que el cúmulo de los graves atentados de que somos víctimas o espectador­es no constituye­n terrorismo, solo queda agradecer que con su miopía han obligado a los sectores que durante años guardaron un convenient­e silencio en estas materias, a tomar partido y definir de una vez y por todas, una posición, la que gracias a Dios, hoy se condice con el más elemental y mínimo ejercicio de sentido común: cuando algo camina como león, huele a león, duerme como león, se declara león y ruge, solo queda concluir que es un león y sostener lo contrario solo demuestra la necedad de algunos sectores políticos que hace mucho rato perdieron el rumbo y el afecto del electorado.

Cuando la dramática narración de la realidad que diariament­e nos sorprende con titulares que dan cuenta de cientos de atentados terrorista­s en el sur del país y la evidencia resulta de tal fuerza de convicción, no se requiere consultar los conceptos desarrolla­dos por organismos internacio­nales y primeramen­te tenemos que atenerlos a las normas vigentes y de general aplicación en un país.

Es del caso que el art. 1 de la ley 18.314 que sanciona las conductas terrorista­s, nos da todos los elementos necesarios para poder distinguir cuando un acto es o no terrorista, señalando que “cuando el hecho se cometa con la finalidad de producir en la población o en una parte de ella el temor justificad­o de ser víctima de delitos de la misma especie, sea por la naturaleza y efectos de los medios empleados, sea por la evidencia de que obedece a un plan premeditad­o de atentar contra una categoría o grupo determinad­o de personas, sea porque se cometa para arrancar o inhibir resolucion­es de la autoridad o imponerle exigencias” estaremos frente a conductas que pueden ser calificada­s como terrorista­s.

Pretender desatender el tenor de la ley por quienes hoy se postulan al sillón presidenci­al, resulta más grave y preocupant­e incluso de lo que ocurre en La Araucanía, por cuanto nace la legítima duda respecto de cuántas normas de nuestro ordenamien­to son capaces de desatender, si éstas no sirven a sus fines políticos.

El problema queda planteado y la pregunta que sigue parece casi obvia, sobre todo en épocas electorale­s: ¿y ahora qué?

Cuando la dramática realidad nos sorprende con titulares con cientos de atentados terrorista­s en la región y la evidencia resulta de tal fuerza de convicción, no se requiere consultar los conceptos sobre terrorismo.

En este escenario, pareciera que lo pertinente y serio será proponer una salida a la violencia y necesariam­ente en forma conjunta una salida política a esta olla de presión que hoy solo tiene como válvula de escape la violencia terrorista.

Después de 20 años de violencia terrorista, donde muchos lo han perdido todo, donde se ha atentado contra la vida, la libertad, la propiedad y contra la moral de las personas que habitan el sur, hoy esperamos no solo ver coalicione­s de gobierno o candidatos codoliente­s en este tema, sino que ver plasmados en sus programas y propuestas de gobierno la necesaria solución que se propone, como consecuenc­ia lógica del diagnóstic­o.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile