Una nueva oportunidad para recuperar el crecimiento…
“Es de esperar que el optimismo manifestado por el Banco Central no nuble a nuestros candidatos presidenciales, pensando nuevamente que la recuperación económica está garantizada”.
El último Informe de Política Monetaria, presentado recientemente por el presidente del Banco Central, Mario Marcel, no trajo muchas luces sobre lo que está pasando con la economía chilena, cuyo crecimiento se estancó el segundo semestre del año pasado. En su lugar, éste se refirió más bien a las esperanzas que existen respecto del crecimiento de este segundo semestre, y con mayor claridad aún respecto del crecimiento del próximo año, período en que la economía chilena volvería a crecer a tasas cercanas a su potencial.
El optimismo manifestado por el Banco Central se basaría en la recuperación del escenario internacional, la recuperación del sector minero, la incipiente recuperación de la confianza de los consumidores y de los empresarios, y su política de tasas de interés bajas.
En efecto, interesante resultó el análisis de la evolución de las exportaciones industriales, que en definitiva indica que la demanda externa es el principal factor que explica la evolución de dichas exportaciones, por sobre la evolución del tipo de cambio o los factores de oferta. Así, la recuperación económica que están experimentando países como Argentina, Brasil, España, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Rusia, que en conjunto representan aproximadamente el 40% del valor de los envíos industriales chilenos, lleva a proyectar una recuperación importante de las exportaciones industriales locales en los próximos trimestres. Otro factor que afectaría positivamente el crecimiento del próximo año sería la recuperación de la minería, que tras la fuerte caída registrada el primer trimestre de este año con el paro de la Minera Escondida, se reivindicaría de la mano de la inversión minera, que dejó de caer después de tres años de contracciones, y de la recuperación del precio del cobre. Al mismo tiempo, la mejora en la confianza de los agentes económicos también ayudaría a explicar un mejor escenario. En efecto, la confianza de los consumidores ha vuelto a los niveles observados en el año 2014, completando ocho meses de recuperación, mientras que la confianza empresarial, aunque se mantiene en zona negativa, se aleja de los mínimos en que estuvo hace casi un año atrás. Finalmente, la política monetaria expansiva que ha implementado el Banco Central también ayudaría, con una tasa de política monetaria que pasó del 3,5%, registrado a principios de año, hasta el 2,5% actual.
Con todo, el Banco Central proyecta para el año 2018 un crecimiento esperado de 3% anual, con un rango de 2,5% a 3,5%, el que está por sobre las expectativas del mercado y de los organismos internacionales que lo sitúan en 2,5%.
En un año de elecciones, es de esperar que el optimismo manifestado por el Banco Central no nuble a nuestros candidatos presidenciales, pensando nuevamente que la recuperación económica está garantizada, y que por tanto los esfuerzos se deben concentrar en cómo repartir dicho crecimiento. Lo único que nos está diciendo el Banco Central es que el 2018 el terreno estará más abonado para que la economía acelere su crecimiento. Así, dependerá de las señales que envíen nuestras nuevas autoridades económicas para que se concreten estas mejores expectativas. Un programa económico que resuelva el exceso de permisos, y lo largo e incierto que resulta el camino para obtener las autorizaciones requeridas para las nuevas inversiones, en línea con lo planteado por el nuevo presidente de la Sofofa, Bernardo Larraín, sin duda contribuiría a mejorar aún más el terreno del crecimiento…