La Tercera

La fórmula de Chile para ser Venezuela

La Vinotinto asombra y brilla en Mundial Sub 20. Las selección nacional lleva años fracasando en menores. ¿Qué hace y qué no hace para revertirlo?.

- Por Roberto Gálvez y Christian González

El jueves, Venezuela alcanzaba en Corea del Sur quizás el mayor logro de su historia futbolísti­ca: vencía por penales a Uruguay y se metía en la final del Mundial Sub 20. Juega bien y bonito, vive y conmueve. A más de 18.000 kilómetros de distancia, en cambio, la Rojita mira el certamen por televisión.

Chile fracasó rotundamen­te en el intento de clasificar a la cita planetaria,en el Sudamerica­no jugado en Ecuador. Dos empates, dos derrotas y apenas dos goles en cuatro partidos así lo acreditan. Las realidades de uno y otro combinado son diametralm­ente opuestas, eso es claro. Por eso bien vale preguntars­e: ¿en qué esta el fútbol joven de Chile? ¿qué se ha hecho (o no) distinto a Venezuela? ¿hay esfuerzos por revertir la situación? ¿Por qué Venezuela sí y Chile no?

“El análisis hay que hacerlo más profundo. La generación de ellos es buena, los equipos estuvieron dispuestos a apoyar. Hay una serie de factores que ayudaron a que esta Venezuela creciera. Le dieron mucha importanci­a, mayor que a la adulta. Con el tiempo sabremos si Venezuela está haciendo un trabajo planificad­o o si se trata de un resultado circunstan­cial”, explica Luis Ahumada, jefe de las seleccioga­dores nes menores de Chile.

Carlos Pedemonte, su par en Colo Colo, coincide: “Nos gustaría producir una selección como la venezolana. La clave es la continuida­d del trabajo. No sé si lo de Venezuela tendrá esa continuaci­ón histórica”. Hay otra visión disímil, la de Hernán Caputto, entrenador de la Sub 17 chilena, el paso previo a la 20: “Lo de Venezuela no es casualidad. Hace un trabajo de hace dos años con una categoría 97-98. Cinco ju- están en Europa. Cuando Dudamel toma la selección adulta, hizo que esta categoría se preparara mejor aún. Cuando jugaba un partido la adulta, este grupo actuaba de preliminar. Es muy meritorio”, dice.

En ese sentido, además, hay datos decidores. Como que de la Vinotinto cuatro de sus jugadore militan en su extranjero: Yangel Herrera (NY City, EE.UU.), Heber García (Sud América, Uruguay), Adalberto Peñaranda (Málaga, España), Ronaldo Peña (Las Palmas, España) y Soteldo (Huachipato, Chile). En Chile, en tanto, sólo Jeisson Vargas, quien no es considerad­o en Estudiante­s de Argentina.

“Todo lo que se haga a nivel de clubes o de la ANFP en términos de participac­ión es bueno, pero que no sea obligación, que sea por condicione­s”, detalla Ahumada. Y agrega: “Ha pasado un tiempo para hacer un análisis frío y del equipo Sub 20 que jugó en Ecuador, prácticame­nte ninguno fue titular en su club. Hubo mucha expectativ­a, pero tampoco tenían participac­ión sistemátic­a en los planteles. No es excusa. Se ha hablado con los entrenador­es de los clubes. Se necesita que jueguen y no sólo por la norma, que sea un trabajo real con los chicos”.

Pasa que Ahumada encuentra respaldo cuando se analiza la participac­ión en el Clausura de los juga-

“Se ha hablado con los entrenador­es: se necesita que los juveniles jueguen y no sólo por la norma, que sea por condicione­s”.

Luis Ahumada

Jefe seleccione­s menores de Chile

“No podemos estar en el lado de las excusas; la excusa no da respuesta: con lo que tenemos, tenemos que ser mejores”.

Carlos Pedemonte

Jefe series juveniles Colo Colo

dores que fueron parte de esa nómina. Sólo un puñado de ocho futbolista­s tuvo real continuida­d. Otros, como el arquero Gonzalo Collao (U), los zagueros Raimundo Rebolledo (UC) y Nicolás Ramírez (U), el volante Jaime Carreño (UC) o los delanteros José Luis Sierra (Unión) e Iván Morales (Colo Colo), apenas participar­on en algunos cotejos. Pero siempre en roles secundario­s y principalm­ente por la obligación de utilizar un sub 20. “Uno entiende que los entrenador­es privilegie­n los resultados”, intenta justificar Ahumada. En la liga de Venezuela, por contrapart­e, es obligación alinear a un juvenil y en caso de cambiarlo, debe ser por otro Sub 20.

“Hay que apuntar a la mejora de la calidad del entrenamie­nto. Un buen medio no es determinan­te si no está en base a una gran cantidad y buena calidad de entrenamie­ntos. Pero no podemos estar permanente­mente en el lado de las excusas.

La excusa no da respuesta. Con lo que tenemos, tenemos que ser mejores”, analiza Pedemonte.

Por lo pronto, desde Quilín se revela un plan que pretende revolucion­ar la competenci­a de las juveniles: un torneo con dos divisiones, con descensos y ascensos y que pretende dejar atrás para siempre el sistema que hacía jugar a cada club hasta seis veces en un mismo año con un rival. Eso, dicen en Quilín, evidenteme­nte afectó. “La idea es que haya una competenci­a fuerte en cadetes para que los chicos jueguen y puedan pelear un cupo en el primer equipo. Los jugadores y los técnicos tendrán que trabajar más”, detalla Ahumada. Todo, cuentan, con el apoyo económico de la ANFP y la venia de los clubes del fútbol profesiona­l: “Si bien estamos en una situación deficitari­a, se pasó un presupuest­o adicional de 800 millones de pesos para tener un mejor campeonato de fútbol joven”, explica Aldo Corradossi, secretario general de Quilín.

Continuida­d

Hay otro factor no menor que está totalmente identifica­do en las seleccione­s menores de Chile: la falta de procesos. Durante la estadía de Sergio Jadue en la ANFP, la Sub 20 fue una pasarela de entrenador­es. Hugo Tocalli, Claudio Vivas, Mario Salas, Nicolás Córdova y actualment­e

Héctor Robles. Todos en un período de menos de cinco años. La situación es muy diversa, por ejemplo, con la realidad de Uruguay, que tiene a Fabián Coito a cargo de la categoría hace muchos años. “Lo que le ocurre a Venezuela es la consecuenc­ia del trabajo de mediano y largo plazo. Eso logra estos objetivos. Lo mismo Uruguay, que tiene un selecciona­dor hace 10 años y que ha conseguido cuatro clasificac­iones”, asevera Caputto. En Chile no existía y en su momento Arturo Salah criticó esta situación, razón por la cual mantendrá a como dé lugar al jefe de las seleccione­s menores de Chile por un periodo razonable.

En ese sentido, Ahumada revela: “Hemos tomado como experienci­a la Sub 20 y ahora trabajan semanalmen­te todas las seleccione­s. Hay continuida­d. Ojalá que en el tiempo nos dé frutos”. Pasa que antes de esto, los entrenamie­ntos de las diversas seleccione­s menores eran esporádico­s y casi siempre cuando había algún torneo en el horizonte. Hoy hay citaciones semanales.

Chile debe mirar por televisión la final que mañana disputarán Venezuela y Uruguay en el Mundial Sub 20. En las seleccione­s quieren recuperar el tiempo perdido y que luego sean otros los que observen a la distancia. ●

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EFE ►► El técnico Dudamel y el selecciona­do Fariñez se abrazan tras pasar a la final.

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