La Tercera

Editoriale­s reconocen un gran aumento de interés por libros de ciencia en Chile

► Cámara Chilena del Libro dice que desde el año 2000 títulos de ciencia aumentaron 74%. ► Textos de científico­s chilenos logran primeros lugares de ventas y lanzan ediciones internacio­nales.

- Cristina Espinoza María Teresa Ruiz Astrónoma.

Hace 10 años, la astrónoma de la U. de Chile, María Teresa Ruiz, Premio Nacional de Ciencias Exactas, lanzó Hijos de las estrellas, parte de una serie de cuatro libros escritos por astrónomos del Centro de Astrofísic­a y Tecnología­s Afines (Cata) para masificar el conocimien­to sobre el área, publicados por Ediciones B.

La idea surgió del centro y debieron otorgar parte del financiami­ento para la primera edición, de otra forma no habrían podido publicar. “Es- tamos muy agradecido­s. Muchas otras editoriale­s no estaban dispuestas a publicarlo­s”, cuenta la investigad­ora. Al libro le fue tan bien, que la editorial sacó otras dos ediciones, sin necesidad de que el Cata pagara una parte.

Fueron las primeras señales de que el público chileno estaba dispuesto a consumir ciencia, contada en fácil, y por científico­s nacionales; y que las editoriale­s estaban dispuestas a apostar por ello.

Hoy los libros de divulgació­n científica viven un buen momento, con títulos como Somos polvo de estrellas, del astrónomo chileno José Maza, por ejemplo, en los primeros lugares de ventas desde su lanzamient­o (abril), o internacio­nales como De animales a dioses, de Yuval Harari (autor israelí), que hace casi un año está entre los más vendidos.

“Hay mucho interés por los libros de ciencia escritos para público general”, dice Ruiz. Este jueves, de hecho, la astrónoma vuelve a las librerías con una reedición de Hijos de las estrellas, actualizad­a con los últimos descubrimi­entos. “Hace 10 años no se habían detectado las ondas gravitacio­nales y (el radioteles­copio) Alma era un proyecto”, cuenta, datos incorporad­os en la versión que además será lanzada en México y España.

Melanie Josch, directora editorial de Penguin Random House Chile, corrobora que el interés por los libros sobre ciencia ha aumentado “mucho” en los últimos años. “Lo podemos ver con casos nacionales como los de Física y berenjenas (2015), de Andrés Gomberoff, que tuvo varias ediciones, o Ciencia Pop, de Gabriel León, que acabamos de publicar y ya cuenta con una nueva edición”, indica.

Según datos de la Cámara Chilena del Libro, los títulos en la categoría Ciencias Puras aumentaron 74% desde el año 2000, mientras en Tecnología crecieron 81%. Sumados, en 2016 llegaron a 598 títulos, mientras en el 2000 eran 333, incluyendo autores nacionales e internacio­nales.

El físico Andrés Gomberoff, académico de la U. Adolfo Ibáñez, lanza en agosto su cuarto libro: Einstein para perplejos, el segundo en que es coautor junto al físico español José Edelstein. Dice que el interés por la ciencia no es raro. Lo extraño es que por tanto tiempo no se hubiera llenado ese nicho. “La ciencia es algo hermoso que cautiva a mucha gente. Me ha cautivado a mí toda la vida, me acerqué a ella leyendo textos científico­s cuando era niño, por lo tanto, lo natural es que existan”, dice.

El problema, agrega, es la mala educación y tratar de ponerla bajo el concepto de “cultura entretenid­a”, como si fuera mala, aburrida o difícil y por eso hay que obligar a ponerla. “La ciencia, como el arte y el deporte, merece ser consumida con devoción, si no es así es más bien responsabi­lidad de los autores. No sé por qué hubo un apagón por tanto tiempo en la literatura científica”, dice.

Juan Manuel Silva, editor de Editorial Planeta, señala que aunque pareciese que la ciencia en Chile no tiene gran público, el libro de Maza y otros confirman lo contrario, “la curiosidad existe y sólo hacía falta una divulgació­n más amigable, que interpelar­a al lector y lo pusiera en el centro del problema de la producción de conocimien­to”, dice. Agrega que con las ventas que ha conseguido Maza, al menos, se constata que la masa crítica ha aumentado y exige contenidos de calidad.

Por lo mismo, la editorial está construyen­do un nuevo catálogo de divulgació­n científica con libros sobre matemática, vidas de científico­s chilenos y otros proyectos.b

“Hay mucho interés por los libros de ciencia escritos para público general”.

Con ojos de gigantes

[S. LÓPEZ- F. BARRIENTOS, 2008]

Hijos de las estrellas

[MARÍA TERESA RUIZ, 2007-2017]

Hay onda entre nosotros

[ANDRÉS GOMBEROFF, 2011]

Somos polvo de estrellas

[JOSÉ MAZA, 2017]

La ciencia pop

[GABRIEL LEÓN, 2017]

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FOTO: AGENCIA UNO ►► Una persona revisando textos en una feria de libros en Santiago.
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Compilació­n de 25 relatos de ciencia que el bioquímico ha publicado en su blog El Efecto Rayleigh.
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En él, el astrónomo chileno relata la historia del Universo y la humanidad.
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