La Tercera

Chica comunista

- Andrés Benítez Ingeniero comercial

CAROLINA GOIC equivocó el blanco al intentar golpear a Guillier cuando dijo “no es casual que su vocera sea una chica comunista”, en alusión a la diputada Karol Cariola. No solo erró en el lenguaje, sino que, además, no midió a quien tiene al frente. Porque, la chica comunista ha demostrado ser más lista que muchos, alguien a quien hay que pensar dos veces antes de atacar.

Por lo pronto, es mucho más simpática que la misma Goic, a quien se la acusa de ser más bien fría y poco empática. Cariola, por el contrario, es divertida, tiene chispa, habla de corrido. En suma, cae bien. No por nada, es uno de los doce personajes políticos mejor evaluados del país de acuerdo a la CEP, siendo por lejos la estrella del Partido Comunista en este aspecto, desplazand­o con creces a Camila Vallejo, quien se suponía tendría ese liderazgo. Al menos esa era la apuesta de todos. La cosa es que esta última ya ni aparece en las encuestas. Y cuando estaba, era uno de los personajes peor evaluados. Una prueba de que la forma importa. Porque mientras Cariola derrocha simpatía, Vallejo siempre es más dura y anda como agobiada por la vida. Por eso, la primera es la verdadera chica comunista, la que se lleva todos los premios.

Y lo probó con creces en la controvers­ia con Carolina Goic. No pisó el palito como sí lo hizo el presidente de su partido, Guillermo Teillier, quien calificó a la candidata DC de irrespetuo­sa, tendencios­a y excluyente. Karol Cariola, por el contrario, salió jugando como los grandes. No solo dijo no estar ofendida, sino que usó la mejor arma para destruir al enemigo: se rió de ella. Dijo que la entendía, que lo mejor viene en frasco chico y no dudó en abrazarla en su primer en- cuentro público. En suma, ganó.

Parece claro que, al nombrarla como su vocera, Guillier se anotó un punto. No solo por la frescura que le da a su campaña, sino también porque habla mejor que el candidato. Minimiza sus errores, explica lo que nadie le entiende, lo hace aparecer más consistent­e.

Pero claro, también tiene riesgos. Porque, aunque tenga muchos méritos, Karol Cariola es una comunista de verdad. Por eso, la idea de que le pone un tono de izquierda a la campaña es algo indesmenti­ble. Si a eso se suma el contenido del programa lanzado esta semana, una copia del de Bachelet, parece claro que Guillier optó por atrinchera­rse en la izquierda, dejando libre al votante de centro, que es el que define las elecciones. Una apuesta, sin duda, audaz, por decir lo menos.

Karol Cariola sabe esto. Por eso trata de marcar distancia y dice que su elección como vocera no tiene que ver con su militancia comunista, sino con su afinidad o complicida­d personal con el candidato. Puede ser, el punto es el mismo. Ella representa lo que es y sus ideas están ahí presentes.

Veremos entonces cuál será el resultado final de toda esta operación. Es claro que Karol Cariola es el mejor rostro que tienen los comunistas y tiene los atributos para ser una excelente vocera. Pero también es claro que ella representa un giro a la izquierda del candidato, algo que siempre asusta al votante moderado.

Cariola tiene los atributos para ser una excelente vocera. Pero representa un giro a la izquierda del candidato Guillier.

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