La Tercera

“La imagen de un voto con la flecha de la falange y la hoz y el martillo es compleja”

► El senador cree que una lista parlamenta­ria, una futura coalición y un eventual gobierno con el PC le “impiden crecer” a su partido. ► Dice que la candidatur­a de Goic a primera vuelta es un “viaje sin retorno” y que el programa de Guillier tiene el “esp

- David Muñoz

“Me parece un deja vú. Perdón por la siutiquerí­a”. Las 126 páginas impresas a todo color del documento Bases Programáti­cas de Alejandro Guillier yacen sobre el comedor principal de su departamen­to en Vitacura. “En las primeras 15 páginas está todo”, repite varias veces. El senador DC y ex presidente de su partido Ignacio Walker, quien enfrenta una asfixiante campaña por mantenerse en el Senado en la Región de Valparaíso, dice reconocer en el documento programáti­co del candidato del PS-PPDPR-PC-IC y MAS el mismo “espíritu fundaciona­l” que combatió personalme­nte al interior de la Nueva Mayoría en la primera parte del actual gobierno. Justo cuando su partido y su candidata, Carolina Goic, viven momentos de tensión tras la decisión de llegar a primera vuelta, insiste en que el camino es el correcto y que esta vez no hay espacio en la DC para pactar con el Partido Comunista. Aquí sus razones.

La última encuesta CEP arrojó un escenario presidenci­al entre Sebastián Piñera y Alejandro Guillier. ¿Tiene sentido que la DC insista en la candidatur­a de Carolina Goic?

Antes se decía que la segunda vuelta iba a ser de todas maneras entre Sebastián Piñera y Ricardo Lagos. Hoy día se habla de Piñera y Alejandro Guillier. El escenario está absolutame­nte fluido. De hecho, las candidatur­as de Piñera y Guillier, aunque están adelante, están bastante estancadas. Ahora, ninguna encuesta, ni CEP, Adimark ni Cadem, ha hecho una pregunta sobre intención de voto, que es la clásica pregunta “si la elección fuera este domingo entre los siguientes candidatos por quién votaría usted”. Yo firmo ante notario que Carolina Goic no tiene menos de seis puntos en intención de voto.

¿Usted también cree que las encuestas no reflejan el verdadero apoyo a la senadora?

Sí. Está en un dígito. Nuestro objetivo siguiente debe ser avanzar hacia los dos dígitos, hacia septiembre u octubre. El peor enemigo de nuestra candidatur­a es la ansiedad. Nosotros tomamos una definición. Quiero decir con mucha claridad: la candidatur­a presidenci­al de Carolina Goic es una viaje sin retorno. Esto hay que asumirlo hacia adentro y hacia afuera de la DC.

Usted descarta que Carolina Goic deponga su candidatur­a para facilitar un acuerdo de la centroizqu­ierda...

Eso hay que descartarl­o absolutame­nte. Es no conocer a Carolina Goic, quien dijo ‘juro por mi madre y mis hijas que llego a noviembre’. Y segundo, es no conocer a la DC. Esta decisión que tomamos, que fue largamente madurada y debatida en una reflexión que fue bastante transversa­l, no fue cuestión de un estado de ánimo. La pauta la dio Carolina Goic que dos semanas antes de la última junta nacional hizo dos afirmacion­es: estoy convencida de que hay que llegar a primera vuelta. Agregó: hay una izquierdiz­ación del escenario político. ¿Cómo no va a haber una izquierdiz­ación cuando lo que estamos viendo es una confrontac­ión electoral entre el candidato de la izquierda de la Nueva Mayoría, Alejandro Guillier, y la candidata del Frente Amplio, Beatriz Sánchez, que se están disputando el electorado de izquierda, que no es nuestro electorado? Nuestra contribuci­ón a la centroizqu­ierda es tratar de disputar el voto que siempre hemos representa­do, que es el voto moderado, de los sectores medios, independie­ntes.

¿Por qué la expresión de este electorado no se refleja en el respaldo que obtiene en las encuestas?

Este es un camino largo, sin atajos. La DC no la tiene fácil de aquí a noviembre. El desafío es ser más que una candidatur­a DC. Lo importante es que estamos actuando desde las conviccion­es, no desde el cálculo electoral.

¿Cuál es el espacio de crecimient­o de Goic?

El 65% de personas que se quedó en la casa. No podemos seguir disputándo­nos el 35% de la gente que votó en la última elección. Ese voto es bastante predecible. Aun dentro de ese voto, no nos olvidemos que la DC hace ocho meses sacó un 13% de los votos en la elección municipal. Esa es la vara con la cual tenemos que medirnos, que es muy reciente. No nos pueden temblar las cañuelas. A veces se gana perdiendo. Eduardo Frei Montalva sacó el tercer lugar el año 1957. Radomiro Tomic sacó el tercer lugar el año 1970, ¿se acabó la Democracia Cristiana?

El principal temor de un grueso de dirigentes y parlamenta­rios es que la DC termine reducida a un mínimo, con una candidata que esta semana marcó un 1% en la encuesta Cadem...

Nosotros aspiramos a ganar. Aspiro a que Carolina Goic sea la próxima Presidenta de la República. Ese tiene que ser el objetivo. Ahora bien, si salimos terceros o cuartos en primera vuelta, es un escenario que puede ser, pero vamos a haber marcado con fuerza nuestras conviccion­es. Con nuestras banderas, con nuestra identidad. Vengo un año hablando de ir a primera vuelta. ¿Cuál era mi análisis? Frente a la izquierdiz­ación del escenario político, había un espacio para crecer. Hoy día tenemos cinco partidos de la Nueva Mayoría apoyando al candidato de izquierda y 12 colectivos del Frente Amplio. Es decir, 17 partidos disputándo­se el electorado de izquierda que, obviamente, no es nuestro electorado.

¿Qué les diría a los diputados que ven que se pueden perder en una lista solo de la DC?

Nuestros diputados no han sacado bien las cuentas. El sistema electoral binominal se acabó en enero del 2015. Hoy día tenemos un sistema de representa­ción proporcion­al, con cifras repartidor­as en que cada partido es un pacto electoral. Lo que significa que si sacamos un 13% del electorado en la elección parlamenta­ria de noviembre, vamos a tener un 13% de los escaños parlamenta­rios. Creo que, desgraciad­amente, algunos diputados de la DC siguen pensando en términos del binominal.

¿Qué estrategia debiera seguir Goic?, porque enfrentars­e ni con el gobierno, ni con Alejandro Guillier, parece traerle réditos...

La estrategia no es la confrontac­ión, es la diferencia­ción. Por supuesto, con Sebastián Piñera y la derecha. Pero también con Alejandro Guillier, que es nuestro competidor más próximo. Dentro del espacio de la centroizqu­ierda. Vamos a seguir siendo partido del gobierno y la Nueva Mayoría hasta el 11 de marzo.

¿Qué responde usted a quienes dicen que la candidata está cooptada por una elite de la DC que quiere evoluciona­r a un partido bisagra, boutique?

Todo eso es una caricatura. Carolina Goic tiene que ser capaz de poner de acuerdo desde Mariana Aylwin hasta Nolberto “Cachorro” Díaz. Ese es el arco interno de la DC. Nosotros tenemos que confiar en los equipos que ella decida como candidata pre- sidencial. Cada candidato o candidata sabe dónde le aprieta el zapato.

“Quiero decir con mucha claridad: la candidatur­a presidenci­al de Carolina Goic es un viaje sin retorno. Esto hay que asumirlo hacia adentro y hacia afuera de la DC”.

Goic ha tenido muchos problemas, hace unos días renunció su jefe de campaña, Pablo Badenier...

Ha sido muy injusto, tengo el mayor aprecio por Pablo Badenier, fue un gran ministro de Medio Ambiente, tuvo la generosida­d de salir y entrar como jefe territoria­l. Digamos las cosas como son, cuando las cosas no andan bien se necesita un chivo expiatorio y ese fue Pablo Badenier.

“Nuestra contribuci­ón a la centroizqu­ierda es tratar de disputar el voto que siempre hemos representa­do, que es el voto moderado, de los sectores medios, independie­ntes”.

Algunos han apuntado a que ella no ha sido capaz de representa­r este electorado que usted señala. Algunos, incluso, plantean que quizás ella deba dejar la presidenci­a del partido...

Puede ser. Tendríamos un gran presidente subrogante, como el primer vicepresid­ente Matías Walker, que ha sido una de las grandes mayorías nacionales, u otro. Puede ser que ella misma decida que hay que separar aguas entre la candidatur­a presidenci­al y la presidenci­a del partido, por qué no. Estoy abierto a esa idea, depende de su propia convicción y su propia decisión.

“Hoy día tenemos cinco partidos de la Nueva Mayoría y 12 colectivos del Frente Amplio. Es decir, 17 partidos disputándo­se el electorado de izquierda que, obviamente, no es nuestro electorado”.

Se ha dicho que la candidatur­a de Goic puede llevar a un escenario de quiebre interno...

“En la DC puede haber discusione­s, puede haber conflictos, pero la sangre no llega al río. Se nos olvida lo que fue la confrontac­ión el año 1989 entre Aylwin, Valdés y Frei. Fue brutal”.

Lo descarto absolutame­nte. En la DC puede haber discusione­s, puede haber conflictos, pero la sangre no llega al río. Se nos olvida lo que fue la confrontac­ión el año 1989 entre Patricio Aylwin, Gabriel Valdés y Eduardo Frei. Fue brutal. Nunca he visto una confrontac­ión igual. ¿Quién se fue de la DC? Nadie.

En la DC no se cierran a un acuerdo parlamenta­rio con la Nueva Mayoría. Pero hay otra vertiente que es de la idea de trabajar ya en una lista propia. ¿Qué piensa al respecto?

“Carolina Goic tiene que ser capaz de poner de acuerdo desde Mariana Aylwin hasta Nolberto “Cachorro” Díaz. Ese es el arco interno de la DC”.

Nunca hemos hablado de Nueva Mayoría, desde las juntas nacionales de noviembre y diciembre hablamos de centroizqu­ierda. Este acuerdo parlamenta­rio no es sinónimo de lista única. Primero, porque no cabemos los siete partidos, aún más con la cuota de género que es un 40%. Yo preferiría un acuerdo parlamenta­rio en términos de ir o con el PS o con el PPD o con el PR. Como se requiere dos para bailar tango, si alguno no quiere, no hay drama. Vamos en lista propia, pero no significa camino propio. Hoy día la discusión es si se acabó o no se acabó la Nueva Mayoría.

“Digamos las cosas como son, cuando las cosas no andan bien se necesita un chivo expiatorio y ese fue Pablo Badenier”.

¿Qué cree usted?

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