La Tercera

“El populismo de Santos por suerte se empieza a desvelar”

Ex Presidente de Colombia: ► Según el ex gobernante, gracias a su sucesor, Colombia “nada en el narcotráfi­co”. ► Sostuvo que el problema de los secuestros exprés comienza a afectar zonas rurales.

- Ximena Marín Lezaeta Madrid

Para nadie es un misterio que el ex Presidente de Colombia Alvaro Uribe (2002-2010) es uno de los mayores críticos del proceso de paz alcanzado entre su sucesor, Juan Manuel Santos, y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucion­arias de Colombia. Uribe, quien lanzó durante su gobierno las más fuertes ofensivas militares contra ese grupo insurgente y le propinó algunos de los mayores golpes, considera a las Farc como un grupo narcoterro­rista y ataca a Santos por su gestión. Esta semana, el ex gobernante viajó a España, donde fue entrevista­do por

PAZ CON LA GUERRILLA

“Este no es un proceso de paz, sino un proceso que legaliza los dineros de esa gente y que legaliza unos cabecillas del narcoterro­rismo y que genera un mal ejemplo”.

La Tercera. La política ha cambiado abruptamen­te. La crisis económica iniciada en Estados Unidos en 2008 ha hecho emerger los populismos, tanto de derecha como de izquierda. ¿Cómo ve este fenómeno?

Populismo es toda ilusión que se crea a un pueblo y que finalmente termina en engaño y frustració­n. Chávez es un ejemplo: creó una ilusión y terminó con la economía destruida en Venezuela.

Al Presidente Juan Manuel Santos ¿usted lo considera populista?

El populismo de Santos, por suerte, se empieza a desvelar. Le concediero­n el Nobel por su gestión con la paz con los terrorista­s. Pero hoy la economía colombiana está destruida. El país nada en el narcotráfi­co y la Constituci­ón ha sido sustituida para complacer el terrorismo.

¿Acusa al gobierno de Santos de la expansión del narcotráfi­co, del desastre económico y del nuevo despegue terrorista?

Yo hice descender esas lacras durante mi gobierno. Di seguridad y confianza a los inversores extranjero­s y el país tuvo un desarrollo económico muy alto. Yo le daba seguridad.

El atentado del sábado 17 de junio en un centro comercial en Bogotá ha resaltado la polarizaci­ón que se vive hoy en Colombia. Usted, que lidera

la oposición, ¿qué dice?

El atentado terrorista es el resultado de la política de insegurida­d del Presidente Santos, que ha tendido la mano a los guerriller­os con la firma (de la paz) de las Farc en noviembre pasado y el diálogo que se desarrolla con el ELN en Quito, desde febrero pasado.

¿Es posible comparar el caso colombiano con otros casos de América Latina?

No es posible compararlo, porque en otras partes de América Latina hubo insurgenci­a en armas contra dictaduras. Colombia ha tenido un Estado de libertad democrátic­a respetable y ha sido desafiado por el narcoterro­rismo, los remanentes de las guerrillas partidista­s patrocinad­as por Cuba, por la China de entonces y el Estado soviético, y que se convirtier­on en guerrillas marxista-leninistas y terminaron como los principale­s carteles del narcotráfi­co. Y aparecen los grupos paramilita­res que al final toman también el narcotráfi­co como principal (fuente de) financiaci­ón. Colombia no ha tenido la insurgenci­a civil contra una dictadura, ha tenido unos grupos narcoterro­ristas.

¿Pero era necesario el proceso de paz?

Para legitimar un proceso de paz que no es un proceso de paz, sino un proceso que legaliza los dineros de esa gente, que legaliza unos cabecillas del narcoterro­rismo y que genera un mal ejemplo- se ha presentado la paz como un medicament­o político de la angustia del pueblo colombiano y a las Fuerzas Armadas de Colombia como una fuerza de la dictadura, cuando han sido democrátic­as y respetable­s. A la empresa privada colombiana no se le ha reconocido lo que ha hecho y su avance hacia el bien. Entonces, nuestra preocupaci­ón no es porque haya procesos de paz, sino porque estos procesos de paz son hechos con impunidad para los terrorista­s que generaron gran violencia.

¿Qué consecuenc­ias puede tener?

Empieza a presentars­e un tema de secuestros en muchas regiones. Es otra realidad. El tema de secuestro había bajado, reconozco, pero ya empieza a reproducir­se nuevamente. Es un tema preocupant­e. En muchas regiones, agricultor­es en zonas rurales, no solamente en el sector industrial en zonas urbanas, comienza a aparecer el secuestro exprés. Hay personas que no alcanzan a pagar la extorsión de la que son víctimas, entonces son amenazados con el secuestro y hay que llevar el dinero a una zona para la liberación. El secuestro está reaparecie­ndo en la sociedad colombiana, aunque no se refleja en cifras.

¿Qué le parece la posición adoptada en el posconflic­to por parte de la Iglesia Católica?

Colombia tiene organizaci­ones cristianas que participan en política y muchas de ellas ayudaron en el plebiscito (sobre el proceso de paz). Por supuesto son temas difíciles. Por ejemplo, el Papa me preguntó cuando estuve con él ¿cómo estaba la Iglesia en el proceso de paz?, y yo le dije que no soy la persona para contestar. Mi lectura es que todo el mundo quiere la paz por lo que es. Y hablo con sacerdotes en muchas regiones de Colombia, hay unos que están con este acuerdo y otros que discrepan. Para un agitador político como yo, que lo hace por convicción democrátic­a, tiene que ser muy cuidadoso en estos temas religiosos. Por afecto a mi país me mantengo yo en esta lucha, creo que el pueblo colombiano merece un mejor gobierno.

Dicen que el Papa fracasó en su intento de reconcilia­rle a usted con el Presidente Santos el pasado noviembre, cuando se reunieron. ¿Cómo fue realmente el encuentro con el Pontífice en el Vaticano?

Yo me emocioné mucho de tener la oportunida­d de saludar, conversar y recibir la bendición de Su Santidad e hice lo que me tocaba hacer. En mi conversaci­ón con él le expresé mis preocupaci­ones por el acuerdo de paz. El año pasado ganó el No en el plebiscito en Colombia. A mí sí que me dolía ver al gobierno de España, la Unión Europea, Estados Unidos, al Santo Padre, a Naciones Unidas,

EL PLEBISCITO

“El gobierno se robó el plebiscito y se inventó una fórmula muy dañina como precedente democrátic­o, porque desconocie­ron el veredicto popular”.

“El atentado terrorista es el resultado de la política de insegurida­d del Presidente Santos, que ha tendido la mano a los guerriller­os”.

LA INSURGENCI­A COLOMBIANA “Colombia no ha tenido la insurgenci­a civil contra una dictadura, ha tenido unos grupos narcoterro­ristas”.

“Maduro, como buen discípulo de Castro, ha entendido que el diálogo hoy es utilizado como un factor de distracció­n; mientras se han producido esas conversaci­ones, la situación ha empeorado”.

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