“Creo firmemente en la educación musical y artística en los colegios”
Violinista escocesa: ► La destacada intérprete toca la próxima semana en Frutillar junto a su trío; además dará una clase magistral. ► Ganadora del concurso Joven Músico del Año de la BBC, Benedetti es además un éxito de ventas del género clásico.
Los ocho mil kilómetros que separan a Caracas del pueblito de Raploch, en el centro de Escocia, se reducen a la nada cuando se habla de El Sistema, la así llamada organización de orquestas juveniles que en el año 1975 creó el músico y educador venezolano José Antonio Abreu. El programa de instrucción musical con sede en la ciudad de Raploch decidió heredar nada menos que el nombre en castellano de su inspiración caribeña y se llama Sistema Scotland. Fundada en 2008 por el gobierno escocés para introducir la educación musical en los niños y jóvenes, esta institución tiene entre sus tutores y fundadores más célebres a Nicola Benedetti, la destacada violinista que la próxima semana se presenta en el Teatro del Lago de Frutillar.
Será en su calidad de intérprete y también de pedagoga que la música nacida hace 29 años en West Kilbride (Escocia) visite nuestro país junto al chelista alemán Leonard Elschenbroch y el pianista ucraniano Alexei Grynyuk. En la noche del sábado 8 de julio tocarán un programa donde destacan la Sonata N° 2 para violín y piano de Maurice Ravel (1875-1937) y el Trío N° 1 para piano, violín y chelo de Johannes Brahms (1833-1997), pero antes, muy temprano, a las 10.30 h, los tres ofrecerán un “Encuentro con...”, es decir, una charla y clase para los alumnos del área instrumental de la Escuela de las Artes del Teatro del Lago.
“Creo firmemente en la educación musical y artística en los colegios”, comenta Nicola Benedetti al teléfono desde una habitación de hotel en Medellín, donde se encuentra en este momento, como parte de su gira latinoamericana. Luego, complementa su respuesta: “Pero no podemos olvidar que la música es sólo parte de una educación integral, que debería alentar la creatividad y el interés en general de las artes en las escuelas”.
Es difícil que no se haga parte de esta causa, considerando que ella misma transitó por el estimulante y Concierto para violín N° 1 de Shostakovich. Sinfónica de Bournemouth. Dir.: K. Karabits. casi siempre exigente mundo del aprendizaje instrumental a temprana edad: a los cuatro tocaba el violín y a los ocho era la líder de la Orquesta Nacional de Niños de Gran Bretaña. Luego, a los 10 entró a la Escuela Yehudi Menuhin y en 2004 ganó el no menos prestigioso concurso Joven Músico del Año de la BBC tocando el Primer concierto para violín del compositor polaco Karol Szymanowski (1882-1937).
Este éxito fulminante fue acompañado ese mismo año por el documental de BBC escocesa Playing with passion. Ya en aquella película, esta instrumentista de padres mixtos (“nací en Escocia, pero mi padre es italiano y mi madre es mitad italiana y mitad escocesa”) se hizo acompañar por la Sinfónica de Londres, la orquesta más importante y con más tradición del Reino Unido.
Al mismo tiempo que llamaba la atención en la película por su virtuosismo y por un especial carisma escénico, Universal Classics no dudó demasiado en ficharla como nueva contratación del sello: firmó un contrato de un millón de libras para grabar seis discos para Deutsche Grammophon y Decca. El primero fue precisamente el del concierto de Szymanowski acompañado por la Sinfónica de Londres, dirigida por Daniel Harding, músico que empezó tocando en la Orquesta Juvenil de Gran Bretaña.
Consultada sobre la orientación que deberían tener los programas musicales gubernamentales, Nicola Benedetti es clara y práctica: “Creo que cualquier sistema que quiera llegar a toda la comunidad a través de la música debe tener un puntos de vista múltiple. Tiene que haber un lado social, político y, por supuesto artístico. No se trata de hacer caridad, sino que de ver el sistema de educación musical en forma integral, pues en muchos casos la instrucción es también para que los chicos no caigan en situaciones vulnerables. Todo siempre será cuesta arriba en esta tarea”.
Gracias a su perfil mediático (confía bastante en las redes sociales), la intérprete también logró un disco súper ventas en 2012: se trató de The silver violin, que entró al top 30 de los más vendidos en Gran Bretaña, superando a varios artistas pop, entre ellos Justin Bieber. Junto a ese disco con música para violín de películas como La lista de Schindler o Promesas del Este, Benedetti ha construido una sólida carrera clásica a través de compositores del gran repertorio como Mendelssohn, Tchaikovsky y Shostakovich.
Es ése el tipo de compositores que tocará en el recital de Chile, sobre cuyo programa dice: “La música de Maurice Ravel es como observar un cuadro, una pintura. Su Sonata N° 2 para violín y piano es más una evocación de colores e imágenes que un golpe emocional. Hay muchas diferencias a nivel de gustos y sentimientos entre Ravel y Brahms. Este último es mucho más personal y apasionado en su Trío N° 1, que es una obra de juventud revisada en su madurez. Es decir, es el romanticismo del joven Brahms visto a través de los ojos de un Brahms ya maduro”.
Habitual en sus conciertos y en su discografía de 9 álbumes es la música contemporánea y, por la misma razón, en Chile tocará el Duetti d’amore de Mark-Anthony Turnage (1960). “Es una obra que él creó especialmente para Leonard Elschenbroch en chelo y para mí en violín. Tocarla es como una exploración entre dos personas, dos voces que a veces están en contra y que a veces caminan juntas. Con el paso del tiempo sólo ha crecido en mi mente en cuánto a su belleza”, explica sobre una composición de 2015 y que puede tener más de alguna resonancia nostálgica para la violinista: hace varios meses que ya no es pareja con Leonard Elschenbroch.
Aún así la intérprete pone la música sobre todas las cosas y el trío Benedetti-Elschenbroch-Grynyuk goza de excelente salud profesional (“un grupo de verdaderas estrellas”, según The Telegraph). Para Nicola Benedetti, hacer música en grupos pequeños es la mejor receta contra la soberbia: “Conozco a Leonard desde que estudiábamos y para mí es siempre un placer tocar con los amigos. Además, cuando tocas en un conjunto así, lo único que importa es la música”.b