La Tercera

La voz de las cifras

- Patricio Zapata Abogado

UNO ESPERARÍA que las cifras hablaran por sí mismas. Mal que mal, los matemático­s siempre nos dijeron a los humanistas que los guarismos, a diferencia de los conceptos, estaban libres de ambigüedad. No es acaso evidente, se pensaría, que en todos los casos 1.400.000 es más que 300.000 o que 58% siempre será mejor que 30% (a menos, por supuesto, que se trate de delincuenc­ia, alcoholism­o o pobreza). Tratándose de elecciones o encuestas, sin embargo, parece inevitable que los fríos números terminen siendo objeto de las más diversas interpreta­ciones.

Y así, en las pocas horas que han transcurri­do desde el domingo, los comentaris­tas se han dado el festín de rigor con los resultados de las primarias. “Triunfo espectacul­ar de Piñera”, dice uno. “La Nueva Mayoría ganó sin jugar”, replica otro. “Buen estreno del Frente Amplio”. “Pésimo resultado del Frente Amplio”, etc. No falta, en efecto, el que piensa que, si se les tortura lo suficiente, los pobres números terminarán confesando cualquiera cosa que el analista quiera escuchar.

Aun a riesgo de que se me acuse de maltratar otro poco más a los números del domingo, me permito compartir cuatro reflexione­s personales sobre los resultados en cuestión.

Reconozco, en primer lugar, haber sido de los que pensó que la coincidenc­ia con la final de la Copa Confederac­iones y el efecto de debates y entrevista­s lamentable­s resultaría en una participac­ión total que no superaría el millón de ciudadanos. Me alegro mucho de haber estado tan equivocado. La afluencia a las urnas nos habla del interés de muchas y muchos por incidir directamen­te en las decisiones políticas importante­s. Otra razón más, me parece, para perseverar en el camino de profundiza­r la democracia.

No puedo negar, en segundo término, que el resultado de Chile Vamos es bueno de cara a sus posibilida­des para noviembre. Están todavía muy por debajo, es cierto, de la participac­ión en la primaria de la NM de 2013 (casi un millón de votos menos) y apenas empatan la concurrenc­ia que logró la primaria convencion­al concertaci­onista entre Lagos y Zaldívar hace ¡18 años! Para la derecha, sin embargo, los números son positivos. Este buen apronte no alcanza, en todo caso, a garantizar nada. La elección presidenci­al sigue abierta.

El Frente Amplio tiene todo el derecho a sentirse satisfecho con la decisión de hacer sus primarias. Pudo mostrarse ante el país y potenció liderazgos interesant­es. Tendrán que reconocer, sin embargo, que el resultado demuestra que están todavía muy lejos de ser una alternativ­a competitiv­a. Haber sacado en total menos votos que el llanero solitario de Ossandón debiera enseñarles que están todavía muy lejos de ser un frente realmente amplio. Ojalá aprendan, además, a ser más comedidos a la hora de hablar a nombre del pueblo. Hay finalmente una oportunida­d para Goic. Más de 11 millones de ciudadanos que no participar­on (el 85% del padrón). Algunos no lo hicieron porque no se sentían convocados por la derecha o la izquierda más intransige­nte. Otros, probableme­nte la mayoría, se sienten distantes de toda coalición y todo liderazgo. Quedan 140 días para motivar a todos esos compatriot­as. Ellos decidirán la elección.

Los resultados de la derecha en primarias no garantizan nada. La elección está abierta y hay una oportunida­d para Goic: el 85% del padrón no participó.

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