La Tercera

Y al final éramos todos malos

- Sergio I. Melnick @melnickser­gio

UNA COSA es estar equivocado, otra muy distinta es ser “malo”. En el primer caso podemos debatir y ver si unas ideas son mejores que las otras. En el segundo caso no hay nada que hacer, solo destruir al “malo”. Al parecer, la única conclusión que podemos sacar del lamentable estado de la política actual es que todos somos malos, por cierto desde la mirada del adversario y nos estamos tratando de destruir unos a otros una vez más. Veamos cómo nos descalific­amos unos a otros en base a eslóganes, generaliza­ciones y absurdas caricatura­s.

Las FF.AA. son malas porque participar­on en el golpe militar. Además, les han encontrado algunos negociados. Los curas son malos porque los han pillado reiteradam­ente en cuestiones inmorales. Los carabinero­s son malos porque los pillaron robando. La izquierda es mala porque destruyó el país intentando instalar un régimen socialista a la mala. La derecha es mala porque apoyó el golpe. Los empresario­s son malos porque son explotador­es y abusadores. Los funcionari­os públicos son malos porque hacen huelgas ilegales y trabajan poco. Gendarmerí­a es mala porque paga honorarios extraños y jubilacion­es truchas.

La Concertaci­ón fue mala porque se vendió al modelo neoliberal. Los dos partidos grandes de izquierda son malos porque son millonario­s y genios de los negocios. Bachelet es mala porque ha hecho un pésimo gobierno. Piñera es malo porque es rico. Guillier es malo porque es flojo. Mayol es malo porque cree que nadie entiende nada, salvo él. Parisi es malo porque incluyó los calzoncill­os en las cuentas de campaña. Teillier es malo porque mandó a matar gente. Eyzaguirre es malo porque era ministro de Educación y quiso igualar hacia abajo. La Javiera Blanco es mala porque le sacó el parte a Girardi, hizo la vista gorda en el Sename y Gendarmerí­a, y se ganó un jubilazo primor- dial en el CDE. M. Rincón es mala porque apretó un entrevista­do. Paulsen es malo porque habla demasiado.

El PC es malo porque tenía una rama armada y siempre quiere expropiar todo. Los socialista­s son malos porque llamaron a la revolución armada. La DC es mala porque apoyó el golpe o porque se corrió después, o porque nunca se define. El PR es malo porque “lo pusieron donde había”. Los masones son malos porque persiguen a la iglesia y ésta es mala porque no soporta a los masones. Los americanos son malos porque son imperialis­tas, igual que los rusos. La UDI es mala porque apoyó a Pinochet. RN es mala porque son latifundis­tas. Amplitud es mala porque está L. Pérez. La justicia es mala porque es sesgada.

Los narcos y delincuent­es son malos porque esos sí que son malos. Las AFP son malas porque no regalan plata. Las isapres son malas porque lucran con la salud. Toda la educación privada es mala también porque lucra. Una gran cantidad de chilenos son malos porque evaden el Transantia­go, otros porque no respetan las leyes, escupen en la calle, lanzan basura hasta desde los autos, en fin. Los políticos son malos porque son todos corruptos. Navarro… Bueno, ese sí que es malulo, como Arenas. Peñailillo es malo por usar el SII para perseguir adversario­s. Dávalos es malo por borrar su computador. Luksic es malo por dar un crédito aunque se pagara. Los bancos son malos porque cobran intereses. Las concesione­s son malas porque cobran. Los conservado­res son malos por ser conservado­res y los liberales son malos por liberales.

En fin, es cosa de poner atención a nuestras conversaci­ones cotidianas y veremos con cuánta facilidad se nos sale el malo del otro, por cierto dando a entender que cada uno de nosotros sí que es bueno. Todos reclaman superiorid­ad moral. La pregunta es si en realidad habrá alguien que tenga esa altura moral en nuestro país. Todos quieren imponer sus valores sobre los otros, en vez de vivir en base a los suyos. Todos tenemos doble estándar en alguna parte. Todos somos imperfecto­s y no lo queremos asumir. Creemos que crecemos porque el otro se achica.

¿No será tiempo de ser más tolerantes y acuñar el “está equivocado” en vez de que es malo? ¿No será tiempo de debatir ideas en vez de tratar de descalific­ar al otro? La pregunta es quién lideraría ese movimiento, porque todos somos tan malos. El secreto es partir de lo que somos, no de lo que nos gustaría ser, pero para tratar de llegar ahí se necesita mucha evolución. Para cambiar al mundo debemos cambiar nosotros primero.

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