Críticas por actuaciones del Servel
No parece haberse aquilatado que los reiterados problemas en el padrón electoral pueden poner en entredicho los resultados de una elección.
UNA DE las escenas que marcaron la jornada de primarias presidenciales y parlamentarias, fueron los insólitos atochamientos en varios locales de votación de la Región Metropolitana, lo que llevó a que algunos votantes tuvieran que esperar varias horas para poder sufragar. Asimismo, nuevamente se han detectado problemas en el padrón electoral, multiplicándose las denuncias de electores independientes que no pudieron votar porque figuran inscritos en partidos políticos. Aun cuando estas fallas no aguaron la jornada electoral -que desde el punto de vista político cumplió perfectamente sus objetivos-, de no corregirlas existe el evidente riesgo de que a futuro los resultados de una elección como la presidencial se puedan poner en entredicho, lo que sería muy grave para nuestro sistema democrático. La institución responsable de velar por el normal funcionamiento de las elecciones es el Servicio Electoral (Servel), cuyo rol se ha visto fuertemente cuestionado no solo a raíz de los problemas que se vivieron en las primarias, sino también por sucesivos traspiés que han terminado por lesionar su prestigio, sembrando interrogantes sobre su idoneidad para supervisar procesos electorales y ejercer un rol fiscalizador sobre los partidos políticos, sin que se advierta urgencia para superar estas dificultades.
Probablemente el hecho más grave es que aún no sea posible contar con un padrón electoral completamente depurado, lo que resulta esencial para garantizar la completa transparencia de los procesos electorales. Tras la ley de voto voluntario e inscripción automática, fue llamativo la forma en que se multiplicaron los casos irregulares en el padrón, desde la existencia de personas probadamente fallecidas -algo que, aunque puede resultar jocoso, revela una preocupante desprolijidadhasta electores que aparecen inscritos en partidos por los que nunca han fichado. En estas primarias se han denunciado cientos de casos de personas que concurrieron a votar por Chile Vamos, y no pudieron hacerlo por figurar militando en otros partidos. Si bien el Servel ha anunciado que se investigarán estas denuncias, el organismo debe ser más proactivo para minimizar este tipo de situaciones y proponer los cambios legislativos del caso si estima que sus facultades son insuficientes.
En las elecciones municipales de octubre del año pasado ocurrió el insólito hecho de que a cientos de miles de electores se les cambió su lugar de votación, producto de un desentendimiento con el Registro Civil. Esto generó una ola de críticas al Servel, y aun cuando se trató de un problema que no le es totalmente atribuible, su pasividad frente al hecho -del que se había alertado hace meses- contribuyó a llegar a una situación muy delicada, al punto que algunas voces plantearon la necesidad de postergar dichas elecciones. Es evidente que un padrón con defectos y electores imposibilitados de votar constituyen una combinación que puede cuestionar un proceso eleccionario, y de allí la importancia de corregir con prontitud.
El Servel tiene la delicada tarea de reivindicarse y demostrar que las potestades con que fue investido y su autonomía constitucional son justificados. Si bien la nueva ley electoral contiene redacciones poco prolijas que dan espacio a confusión -el caso más claro es el limbo en el que están los militantes “no refichados”-, este organismo es el llamado a generar soluciones y velar por la impecabilidad de los procesos electorales.