Nueva política migratoria
EL GOBIERNO anunció que estudia exigir visa a los inmigrantes haitianos que ingresen a Chile como turistas, en atención a su masiva llegada en un corto período. Según el oficio firmado por el canciller, esta medida permitiría ordenar el aumento de inmigrantes de ese país. Según cifras de la Policía de Investigaciones (PDI), en 2011 ingresaron 1.369 haitianos como turistas a Chile; sin embargo, hasta junio de este año ya lo habían hecho 34.338.
Si bien la solicitud de esta visa parece ser una medida razonable a la luz de la masiva llegada de inmigrantes y el creciente interés que despierta nuestro país entre algunos países de la región, antes que insistir en medidas particulares -que más bien buscan subsanar los vacíos de la actual legislación- resulta indispensable fijar una nueva política de inmigración, en la cual se establezcan los criterios y objetivos que busca conseguir el país. Sin esa definición estratégica previa por ejemplo, identificando sectores productivos que demanden mayor mano de obra extranjera, facilitando los procesos para ello-, se corre el riesgo de caer en posibles arbitrariedades -fijar visas para algunos países y no para otros es de suyo una decisión no exenta de complejidades- o incurrir en medidas ineficaces.
El país ha sido testigo de las enormes ventajas de la inmigración y de la riqueza que produce la integración cultural. Alterar estos ejes fundamentales de lo que ha sido nuestra historia sería un retroceso, lo que no obsta para establecer regulaciones generales, que ayuden a ordenar estos procesos. Chile sigue por debajo del promedio OCDE en cuanto a porcentaje de inmigrantes, lo que sugiere que hay un amplio espacio para avanzar. Lamentablemente el nuevo proyecto de migraciones anunciado por el gobierno aún no ha iniciado su tramitación legislativa, lo que dilata la discusión de una política migratoria integral.
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