La Tercera

Ajuste doloroso

- Rolf Lüders Economista

LAS CUENTAS fiscales de Chile han estado en la noticia. Las autoridade­s estiman que este año el país tendrá un déficit fiscal del 3,1 por ciento del PIB, que se compara con un superávit fiscal del 7,8 por ciento del mismo tan solo diez años atrás. Este impresiona­nte deterioro de las cuentas fiscales se produjo a pesar de que en 2011 y 2012 hubo superávits y se tradujo en un rápido aumento del endeudamie­nto público.

Tanto así que el ministro –anticipand­o que el mencionado menoscabo, conjuntame­nte con la baja tasa de crecimient­o económico, se pueda traducir en una posible caída en la calificaci­ón de riesgo del país, como efectivame­nte ha sucedidoha instruido a sus colegas a reducir el gasto de consumo en un 5 por ciento. Una trivialida­d, pero una señal en la dirección correcta.

¿Por qué es tan funda- mental la calificaci­ón de riesgo del país? Porque una menor calificaci­ón de riesgo tiende a subir el costo del crédito. Las calificaci­ones proveen una señal a los prestamist­as del riesgo de no pago en que incurren. Una peor calificaci­ón implica un alza en el diferencia­l de tasas de interés entre, por ejemplo, un bono emitido por el gobierno de los EE.UU., y uno emitido por el gobierno o las empresas del país rebajado (Aronovich, 1999). La magnitud del alza dependerá, entre otras cosas, de las expectativ­as de corrección en la situación fiscal. Es más, de acuerdo a los datos entregados por el ministro, este año los gastos fiscales aumentarán en un 4 por ciento, para alcanzar el equivalent­e de US$63.249 millones.

Es decir, el gasto del fisco seguirá creciendo significat­ivamente en relación al PIB, que solo aumentará en 2017 en

Si no deseamos volver al desorden macroeconó­mico anterior, el próximo gobierno debe realizar un ajuste fiscal mayor.

aproximada­mente un 1,5 por ciento.

¿Por qué preocupars­e de la relación entre el gasto fiscal (público) y el PIB? Porque en Chile dicha relación está en el límite del rango observado en los países actualment­e desarrolla­dos, en momentos que éstos últimos gozaban del mismo nivel de PIB por persona que el actual nuestro.

Aún más, hay indicios de que en nuestro país una expansión del gasto fiscal tiene, en definitiva, un efecto negativo sobre nuestro PIB per cápita.

¿Cómo se produjo el descrito y reciente deterioro fiscal? Se trata de una conjunción de factores, entre los cuales se destaca la baja en el crecimient­o económico -en una parte no menor consecuenc­ia de las reformas impulsadas por el actual régimen- que redujo la tasa de aumento de los ingresos fiscales. Igualmente responsabl­e ha sido el incremento del gasto fiscal, en buena medida alimentado por las ambiciosas políticas redistribu­tivas del propio gobierno, incluyendo los a menudo injustific­ables aumentos de personal y de remuneraci­ones.

En el corto plazo este desajuste fiscal se tradujo en una peor calificaci­ón de riesgo, mayores tasas de interés y aún menores niveles (relativos) de inversión y de crecimient­o. Sin embargo, si no deseamos volver al desorden macroeconó­mico de mediados de siglo pasado, los próximos gobiernos deben realizar un ajuste fiscal mayor, que no podrá sino ser doloroso.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile