Caso Nabila Rifo
Señor director:
La sociedad en su totalidad fue testigo del caso Nabila Rifo, mujer brutalmente agredida por quien fue su pareja. No pretendemos relatar una vez más los hechos, más sí es nuestra intención expresar la desigualdad a la que las mujeres somos sometidas en todo orden, incluso dentro de las instituciones de justicia, hecho absolutamente contraproducente para el desarrollo cultural.
El patriarcado no se expresa en hechos aislados sino que es una constante en la que se sostiene el dominio y sometimiento de las mujeres, en esta oportunidad reflejado crudamente en el caso Nabila y, de manera más deleznable, en las especulaciones sobre las resoluciones de la Corte Suprema que decidió desestimar la pena de “femicidio frustrado” contra Ortega. Esto implicó pasar de 26 a solo 18 años de presidio con posibilidad de acceder a beneficios, por todos los actos cometidos contra Nabila.
Las mujeres no podemos sino sentirnos traicionadas y violentadas por la justicia, quien nos desampara, desestima y vulnera. Estamos cansadas de exigir los derechos que nos corresponden por el simple hecho de ser seres humanos. Nuestro llamado es a tomar en nuestras manos estos derechos, con fuerza y rebeldía. Nuestra responsabilidad es estar en los lugares que nos niegan justicia para cambiar las cosas de manera definitiva, no esperaremos más. $168.458 por mujer para el acompañamiento por causal de violación; sin embargo, de acuerdo a una estimación de la Fundación Chile Unido, al Estado le costaría solo en esta causal e implementando el programa que realizan en la misma fundación– $1.177.993 por mujer (valor Fonasa 2016 en modalidad de libre elección). ¿A qué mujeres que requieren ayuda dejará sin acompañamiento el gobierno? Está claro que para todas no alcanza.
La deficiente propuesta de acompañamiento no solo deja sin garantía el derecho a la vida del niño, sino que también pone en duda que su intención y foco sean el cuidado y resguardo de los derechos de la mujer que, como ha demostrado la evidencia (Koch 2014), cuando se encuentra en un entorno seguro no tiene intención de abortar.
Magdalena Vergara
Directora de Estudios IdeaPaís