La Tercera

Política energética de Aysén cifra potencial hídrico en 6.000 MW

► Trabajo del Ministerio de Energía no descarta del todo grandes proyectos eléctricos en la región. ► Además se propone analizar una futura interconex­ión con Argentina.

- Gustavo Orellana

Un potencial hidroeléct­rico de 5.967 MW -equivalent­e al 90% de toda la capacidad instalada en Chile con esta tecnología­es el que tiene la región de Aysén. Esto, de acuerdo con cifras del documento Política Energética Regional de Aysén, dado a conocer el martes en la zona por el Ministerio de Energía.

Se trata de un número relevante, pues si bien Aysén es la región con mayor potencial hidroeléct­rico, el desarrollo de esta energía es cuestionad­o a nivel local, sobre todo luego de lo ocurrido con proyectos como HidroAysén o la central Cuervo, que contaron con férrea oposición ciudadana. Sin embargo, al mismo tiempo la región cuenta con una matriz altamente contaminan­te y costosa, siendo el diésel, con el 61,7% de participac­ión, el energético más usado para generar electricid­ad.

El cálculo de potencial hidroeléct­rico hecho por el Ministerio de Energia descuenta tanto el caudal ecológico como los derechos consuntivo­s -agua que se consume y no es repuesta a los cursos- ya MW es la potencia actualment­e instalada en la Región de Aysén . Por ciento de la generación actual de electricid­ad en Aysén es en base a diésel.

constituid­os, además del potencial en parques nacionales. El número es, además, unas 66 veces toda la capacidad actual instalada en Aysén, que apenas supera los 90 MW.

Realidad regional

A fines de 2014, el Ministerio de Energía inició un trabajo participat­ivo en dos regiones con caracterís­ticas especiales respecto al resto del país: Aysén y Magallanes. En este último caso, el foco estuvo en el desarrollo de alternativ­as al gas natural, dada la particular­idad agotable de este energético. Sobre Aysén, el foco estuvo puesto en el debate de si es factible o no desarrolla­r el potencial hidroeléct­rico y, eventualme­nte, compartirl­o con el resto del país o incluso con Argentina.

Sobre ese punto, el documento no toma una definición a firme, sino sólo da cuenta del disenso dado en las distintas etapas del debate. Lo mismo sobre una eventual interconex­ión: “Parte de los participan­tes opta por promover una interconex­ión a nivel regional para avanzar en eficiencia, calidad del servicio y aprovecham­iento de recursos locales, y no establecer interconex­iones adicionale­s a nivel internacio­nal o con otras regiones del país (...) Caso contrario, otros integrante­s concordaro­n en que la interconex­ión con el resto del país o con Argentina contribuye con el desarrollo de la región, argumentan­do que como una de las regiones que conforma el país, los recursos también son parte de la nación”, señala el documento, que establece una tercera posición, de quienes plantearon que se debe evaluar la factibilid­ad técnica de la interconex­ión, tomando en cuenta la escala de los proyectos “y los beneficios que estos puedan traer”, aunque siempre y cuando se hayan resuelto las problemáti­cas locales.

Una discusión similar se dio respecto de los impactos ambientale­s: un primer grupo estimó que los beneficios provenient­es de la infraestru­ctura energética permiten compensar los impactos asociados, mientras que una segunda corriente concluyó que los impactos deben evitarse “en el mayor grado posible, no sólo para el caso de los proyectos, sino también en relación a las líneas de transmisió­n”. Similar debate se dio respecto a la escala o magnitud de eventuales proyectos a desarrolla­rse en la zona.

Dadas estas discrepanc­ias, el estudio no es concluyent­e sobre el aprovecham­iento de estos recursos. Sí hace una recomendac­ión, relacionad­a a una eventual explotació­n de cuencas binacional­es: “Analizar la interconex­ión del sistema eléctrico de Aysén con sistemas del sur argentino, a objeto de aumentar la seguridad y calidad de suministro”, indica el documento.

Otro aspecto clave para la región es potenciar el uso de combustibl­es fósiles, para reemplazar otros más costosos y contaminan­tes, como es el caso de la leña. En ese sentido, el estudio propone como uno objetivo “potenciar el uso de combustibl­es de bajas emisiones y de electricid­ad para calefacció­n”. A 2050, la meta en ese sentido es que “la calefacció­n eléctrica favorezca a lo menos al 50% del sector residencia­l, en las ciudades más pobladas de la región”. También se propone eliminar el diésel de la matriz eléctrica, avanzando en el uso de gas natural.

En ese contexto, la política regional también plantea como una meta 2050 avanzar en las llamadas energías limpias, las que a esa fecha debieran representa­r el 60% de la demanda eléctrica regional total.b

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ARCHIVO ►► La zona en que se iba a instalar el fallido proyecto HidroAysén.

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