La Tercera

Trump lanza críticas al fiscal general y abre nuevo frente dentro de su gabinete

► El Presidente afirmó que se arrepiente de haber nombrado a Jeff Sessions como jefe del Departamen­to de Justicia. ► En marzo, Sessions se marginó de cualquier investigac­ión sobre la injerencia de Rusia en los comicios, lo que habría enfurecido a Trump. ►

- Constanza Cruz D.

“Es el mayor fan de Donald Trump”, escribió en 2016 el diario The Washington Post. Jeff Sessions, el actual fiscal general, se convirtió el 28 de febrero del año pasado en el primer senador en darle su apoyo al republican­o, justo en momentos en que Trump ganaba votos en las primarias conservado­ras para definir quién competiría por el sillón presidenci­al. Desde entonces, la relación entre Sessions y Trump fue creciendo. Para premiar su fidelidad, al llegar a la Casa Blanca, Trump nombró fiscal general al entonces senador de Alabama.

Pero la alianza “inquebrant­able”, como la describió el Post, dio un giro en marzo, menos de dos meses después de que Trump llegara al Salón Oval. Ese mes, Sessions se marginó de “cualquier investigac­ión existente o futura” del Departamen­to de Justicia sobre la intromisió­n rusa en las elecciones presidenci­ales de 2016. Eso luego de que se revelara que el propio Sessions mantuvo contactos durante la campaña con el embajador ruso en Washington, Sergey Kislyak cuando era asesor de la campaña. Esa decisión habría enfurecido al Presidente. Según publicó la prensa en junio, el fiscal le habría ofrecido su renuncia, pero Trump se negó.

Desde ese momento, la relación se tensó. Según The New York Times, Sessions se ha mantenido alejado del mandatario en el último tiempo. Y Trump no hace nada por ocultarlo. Así, en una entrevista de aproximada­mente 50 minutos con The New York Times publicada ayer, el mandatario señaló que nunca habría nominado a Jeff Sessions si hubiera sabido que se apartaría de la investigac­ión sobre Rusia.

Es una decisión “muy injusta para un Presidente”, afirmó. En un visible quiebre, Trump insistió en que el fiscal no se debería haber aislado de la investigac­ión y que si lo iba a hacer “me lo debería haber dicho antes de tomar el trabajo y yo habría elegido a otra persona”, señaló. “¿Cómo tomas el trabajo y después te recusas?”, dijo.

Además, criticó la audiencia de confirmaci­ón de Sessions ante el Senado, cuando el fiscal ocultó que había tenido comunicaci­ones con los rusos. “Jeff Sessions dio malas respuestas. Dio respuestas a preguntas simples que deberían haber sido simples respuestas, pero no lo fueron”, dijo.

Con esto Trump abrió un nuevo frente, esta vez dentro de su gabinete. Ante la polémica que generaron sus declaracio­nes, ayer el fiscal general descartó dimitir. Sessions afirmó en una rueda de prensa que le encantaba el trabajo y que tenía “previsto continuar hasta que sea apropiado”. “Estamos trabajando hoy. Tengo total confianza de que somos capaces de gestionar esta oficina de una manera efectiva”.

Es la primera vez que Trump se enfrenta abiertamen­te con algún miembro de su equipo. En caso de que Sessions renuncie, el cargo lo tomaría temporalme­nte Rod Rosenstein, a quien el gobernante también ha criticado ya que fue él quien designó a un fiscal especial para investigar la intromisió­n rusa en los comicios. En la entrevista puso en duda si Rosenstein era un republican­o de verdad.

Con esto el mandatario podría perder a uno de sus miembros más fieles. Trump y Sessions se conocieron en 2005, cuando el ahora gobernante criticó el plan de Naciones Unidas de renovar su sede en Manhattan por US$ 1.200 millones. Para el dueño del imperio inmobiliar­io era un precio excesivame­nte alto. “Naciones Unidas son un desastre”, dijo en esa fecha al diario New York Sun. “Gastan cientos de millones de dólares innecesari­amente en este proyecto”, concluyó. Sessions se enteró de las opiniones de Trump poco después y lo invitó a Washington para hablar sobre la renovación de edificios y difundir las críticas al proyecto de la ONU en una audiencia frente a un subcomité del Senado. Sessions dijo que el testimonio de Trump fue el mejor que había escuchado.

Once años han pasado desde entonces. Después de esa audiencia, ambos no mantuviero­n contacto hasta junio de 2016, cuando hablaron sobre inmigració­n. A fines de

año, Sessions defendió a Trump después de pedir que se prohibiera el ingreso temporal a EE.UU. de inmigrante­s musulmanes y aseguró que la conversaci­ón era “apropiada” para mantener la seguridad del país. “¡Mírenlo!”, dijo Trump en un mitin en agosto del año pasado. “¡Parece de 20 años! Un hombre increíble”, añadió refiriéndo­se a Sessions.

La relación entre ambos se vio aún más fortalecid­a luego de que Sessions lo respaldó en su candidatur­a y en la estricta política de inmigració­n.

Durante la entrevista, Trump no perdió la oportunida­d de apuntar también al ex director del FBI, James Comey. El mandatario acusó a Comey de crear un expediente con informació­n compromete­dora sobre el mandatario para intentar mantener su trabajo en la policía federal.b

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FOTO: AFP ►► Donald Trump junto a Jeff Sessions en el Capitolio, en Washington, el 15 de mayo.

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