La Tercera

Democracia inconclusa

EL “MUSEO DE LA DEMOCRACIA” NO PROSPERARÁ, PORQUE NO TERMINARÍA CONTANDO LA HISTORIA DE UNA TRANSICIÓN EJEMPLAR SINO LA DE UNA DEMOCRACIA TUTELADA.

- Ernesto Águila Analista político Eugenio Rivera Fundación Chile 21

Ante la decisión de la derecha de llevar al Tribunal Constituci­onal (TC) el proyecto de aborto en tres causales, el expresiden­te Piñera ha señalado que “las mayorías no pueden hacer cualquier cosa y que para eso está la Constituci­ón”. En efecto, la historia de la democracia chilena, a partir del año 90, ha sido la de una larga brega por lograr que las mayorías puedan expresarse -es decir, hacer lo que democrátic­amente quieran- a pesar de la Constituci­ón.

La singular propuesta, que surgió hace un tiempo del propio expresiden­te, de crear un “Museo de la democracia” tendría como resultado un relato histórico -si predominar­a una mínima probidad intelectua­lsobre la imposibili­dad de la soberanía popular de poder expresarse a cabalidad bajo el régimen político post 90. Dicho Museo imaginario tendría que dar cuenta de cuestiones tan poco explicable­s, en términos democrátic­os, como que el dictador siguió por casi ocho años de Comandante en Jefe del Ejército y, luego, por un breve período, de senador vitalicio. Consignar la inamovilid­ad de los Comandante­s de las FF.AA. y de Orden y los poderes extrademoc­ráticos del Consejo de Seguridad Nacional, expresión de la no sujeción plena del poder militar al poder civil. Debería contar y explicar por qué, hasta el año 2005, existieron senadores designados y cómo un sistema electoral binominal combinado con altos quórums constituci­onales transforma­ba a la mayoría en minoría tras cada elección. A su vez, este singular Museo debería dar cuenta de quienes se opusieron sistemátic­amente a modificar estos mecanismos e institucio­nes contramayo­ritarias.

Dicho relato histórico se prolongarí­a hasta hoy describien­do el rol que ha pasado a jugar el TC -tomando la posta que dejara el fin de los senadores designados y del sistema binominal- como resorte contramayo­ritario principal, responsabl­e de evitar que las “mayorías hagan cualquier cosa”. Un Tribunal de composició­n binominal y, hoy, de mayoría conservado­ra, donde no se oirán argumentos jurídicos y políticos distintos a los que se han dado en el largo debate parlamenta­rio sobre el aborto en tres causales, y donde se fallará, en consecuenc­ia, con un criterio estrictame­nte político. Tanto así que la única posibilida­d de que éste no baje el proyecto depende de que sus integrante­s conservado­res ponderen que es mejor -por esta vez- no contraveni­r de manera tan flagrante la voluntad parlamenta­ria y la mayoría social que respalda esta causa y, así, no acentuar el acelerado desgaste de legitimida­d que el TC ha venido sufriendo.

El resultado del TC aun no lo sabemos. Lo que es bastante seguro es que el “Museo de la democracia” no prosperará, no solo porque como idea es algo atrabiliar­ia, sino porque, al contrario de lo que sus promotores quisieran, no terminaría contando la historia de una transición ejemplar sino la de una democracia tutelada e inconclusa.

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile