PENSIONES DE LAS FUERZAS ARMADAS
SEÑOR DIRECTOR
Las pensiones de las Fuerzas Armadas siempre serán una buena cantera a la que recurrir en tiempos de crisis. Claro que el debate se centra solo en la desigualdad de los montos comparativamente con los civiles. Nunca se menciona que los militares no reciben pago por muchísimas horas extraordinarias que realizan durante su carrera; que no poseen inamovilidad funcionaria; que no tienen derecho a huelga; que deben estar dispuestos a trasladarse a lo largo de Chile, con cambios de colegios para sus hijos y usualmente con la pérdida de la fuente de trabajo de su esposa, etc.
Ahora la veta son las pensiones por inutilidad de segunda clase, tema que ha permitido denostar indiscriminadamente a todos quienes se han acogido a esa garantía, obviando el fundamento médico que llevó a esa decisión. De pasada, se plantea degradar a los condenados por violaciones a los DD. HH, ya que tales “asesinos” no merecen ningún beneficio. Se olvida que muchos ni siquiera vieron a la supuesta víctima, pues el juez puede llegar a la “convicción” de culpabilidad con sorprendente facilidad, dado el arbitrario sistema procesal al que solo los militares están sometidos. Por último, ha renacido la vieja idea de extender la carrera militar y así evitar recontrataciones. Esto se ha venido estudiando por décadas, pero no ha prosperado porque tiene algunos problemas, entre ellos, la presentación financiera del gasto en defensa.
Miguel A. Vergara Villalobos