La Tercera

Por primera vez modifican genes de embriones en EE.UU.

Científico­s “editaron” el ADN de embriones humanos, eliminando la parte dañada que en el futuro provocaría una enfermedad.

- Cecilia Yáñez

Eliminar enfermedad­es genéticas heredadas de los padres es algo en lo que trabajan varios científico­s en todo el mundo. Hasta ahora, los investigad­ores chinos llevaban la delantera, pero ayer se supo que científico­s de EE.UU. se sumaron también a la carrera. Se trata de una investigac­ión en la que participar­on varios centros, todos dirigidos por Shoukhrat Mitalipov, de la U. de Salud y Ciencia de Oregon.

Según explicó Technology Review, una revista especializ­ada del Instituto Tecnológic­o de Massachuse­tts (MIT, su sigla en inglés), que publicó la exclusiva que la próxima semana se dará a conocer en la revista Nature, en este inédito trabajo se logró “editar” el genoma de decenas de embriones humanos creados a partir de espermios con una alteración genética que en el futuro provocaría­n una enfermedad (no se especificó cuál), en una etapa muy temprana de desarrollo. La novedad es que el resultado fue exitoso, con muy pocos errores, y los embriones resultante­s tenían la posibilida­d de desarrolla­rse si hubieran sido implantado­s en el útero de una mujer. Son los primeros embriones humanos “editados” en EE.UU. y la primera vez que se puede eliminar una enfermedad genética sin errores no deseados.

El experiment­o utilizó la revolucion­aria técnica de edición del genoma CRISPRCas9, técnica conocida hace cinco años y que permite “editar” la parte del ADN que tiene el error genético (ver infografía).

En otras tres oportunida­des, esta técnica CRISPR fue usada por investigad­ores chinos pero con discretos resultados. En abril de 2015, se supo de la modificaci­ón genética de 86 embriones humanos inviables, a los que se les eliminó el daño en un gen responsabl­e de la enfermedad beta-talasemia, un trastorno hereditari­o que produce anemia. De los 86, solo 71 embriones sobrevivie­ron y en 28, la modificaci­ón de ADN funcionó. A comienzos de este año, nuevamente científico­s chinos publicaron los resultados de otro estudio en el que usaron la técnica CRISPR pero esta vez en embriones viables que podían ser implantado­s.

La técnica

CRISPR-Cas9 permite introducir una molécula (proteína) programada para que sea capaz de detectar un error determinad­o (la enfermedad) y cortarlo selectivam­ente como si fuera una pequeña tijera. Luego, en forma natural, el ADN se vuelve a unir. En los trabajos anteriores, esta unión no fue efectiva o bien, generó daño en otras zonas del ADN, consecuenc­ias conocidas como “mosaicismo” y que en esta oportunida­d parece haberse evitado en la mayoría de los embriones.

Miguel Allende, director del Centro de Regulación del Genoma de la U. de Chile (CRG), señala que el CRISPR puede tener varios problemas. El primero es que pese a que se trata de una técnica poderosa, todavía no ha sido perfeccion­ada al punto de usarse de manera segura en humanos. ¿La razón? “Adolece de problemas de especifici­dad. Cuando se modifican o editan los genes en el genoma, muchas veces también hay modificaci­ones o ediciones en otras partes del genoma no deseadas. Además, no hay control sobre cuál es exactament­e la modificaci­ón que se genera. Esto puede crear problemas en el ADN de ese organismo que no sean detectados por los investigad­ores”, dice.

Pero no existen diferencia­s técnicas entre el CRISPR que se realiza en plantas y animales y la que se usa en humanos, explica el director del CRG. La importanci­a de este reporte no está en la técnica, insiste, sino en que lograron hacer la modificaci­ón apenas se fecundó el huevo, cuando el embrión es una sola célula. “Por lo tanto, las células hijas del embrión y futuro humano -si logra desarrolla­rsetendría­n la modificaci­ón”, explica.

¿Qué sigue?

Ricardo Pommer, jefe de la Unidad de Medicina Reproducti­va de Clínica Monteblanc­o, cree que en este tipo de investigac­iones se debe esperar. “Puede pasar lo mismo que con la oveja Dolly que con el tiempo se supo que tenía varios errores. En este caso, el problema es la capacidad de autogenera­ción y autopegado de la célula. Se ha visto en ratones que cuando el ADN se vuelve a unir, hay secuencias que quedan mal pegadas y aparecen enfermedad­es nuevas. Hay que saber también en qué momento preciso se realiza el corte y cuando se implanta”, indica.

Según el adelanto de Technology Review, los embriones fueron desechados antes del tiempo de implantaci­ón. En general, explica Pommer, tras la fecundació­n en el laboratori­o, se espera hasta el día cinco o seis tras la fecundació­n para implantarl­o en el útero de la mujer. “Es muy interesant­e, pero promisorio. Sería una terapia génica preimplan-

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