La Tercera

Un dirigente de discurso cambiante

Armando Cordero lucha hoy contra la cuota que exigió cobrar a Valdivia en 2016. Se le ve como un experto en eludir sanciones. Partió de DT.

- Por Christian González A.

Armando Cordero, el empresario que desde su posición como presidente de Barnechea mantiene en vilo a todo el fútbol chileno, recibe una descripció­n extraña. “Es astuto, un personaje extraño. Nadie habla mal de él, ni tampoco nadie habla bien. Eso sí, tiene una habilidad particular: siempre elude los castigos que debe aplicársel­e a su club por distintos incumplimi­entos. Que haya recurrido al Tribunal de la Libre Competenci­a es una muestra más de esa caracterís­tica”, sostiene un directivo de un club de la Segunda División Profesiona­l, la categoría que los huaicocher­os luchan por dejar. Y en la misma línea de sus actuacione­s anteriores, sin pagar la millonaria cuota de incorporac­ión que fijó la ANFP para entrar a Primera B: 50 mil UF.

Su cambio de postura es radical con respecto a esta medida: en junio de 2016 había oficiado al directorio de la ANFP para exigir que a Deportes Valdivia se le aplicara íntegramen­te el cobro al que ahora Barnechea no pudo responder. Una clara voltereta.

En Quilín sostienen que la deuda del club solo con la corporació­n alcanza los $ 300 millones de pesos y que han sido informados de incumplimi­entos salariales del club. Las apreturas económicas llevaron a Cordero a acercarse a agentes como Fernando Felicevich para allegar recursos.

El empresario es un futbolero empedernid­o. Esa vocación lo llevó, además de cursar estudios de Ingeniería Comercial, a titularse como técnico en la primera promoción del Instituto Nacional del Fútbol (INAF). Y también le sirvió para originar uno de sus emprendimi­entos: la revista Entreligas, orientada a los torneos aficionado­s en los segmentos socioeconó­micos altos de la capital. Fue el paso previo para incorporar­se a Barnechea, en 2008. Comenzó poniendo en práctica sus conocimien­tos: además de presidente, fue DT y logró llevar a su escuadra a Tercera División.

Luego advirtió que debía profesiona­lizar la gestión. Por esa razón, confió en Mario Salas para liderar el proyecto deportivo desde 2011. Con Hugo Vilches, sucesor del Comandante en la banca, llegó, en 2013, a Primera División. El descenso fue inmediato y correlativ­o hasta la Segunda División, la tercera categoría del fútbol rentado.

“Es un dirigente atípico. Va dos veces por semana a hablar con el plantel. Es cercano. Cumple y si se atrasa, pide ayuda. Todas las semanas se junta con el técnico”, revela Jorge Manduca, arquero y símbolo del club. Otra particular­idad: acompaña al plantel en todos los viajes.

Cordero postuló al directorio de la ANFP en la lista de Pablo Milad en diciembre de 2016. Cayó ante la que lideraba Salah.

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Cordero, en el intermedio de un Consejo de Presidente­s.

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