Golpe a las bases
Qué esta pasando en el fútbol? ¿Qué está pasando con un planeta que hasta hace poco se veía saludable, robusto, impenetrable e imposible de ser cuestionado? La FIFA se permitía hacer y deshacer e imponerse sobre países y gobernantes y determinar criterios por sobre legislaciones nacionales e internacionales. Hoy se ha desmoronado ese áurea de honestidad que rodeaba a sus cúpulas directivas y es así como han ido desfilando en tribunales muchos de sus mandamases. Cabe preguntarse entonces qué cambió en estos últimos años y también por qué se produjeron estos actos delictuales.
Tanto la FIFA, como las federaciones, asociaciones y clubes en su mayoría, son entes jurídicos en los cuales todos son dueños y, a su vez, ninguno lo son. Una contradicción que permite el acceso rápido de dirigentes serviles e inescrupulosos que ejercen el poder sin control ni contrapesos y sin sujeción a entes fiscalizadores. O eso pasaba hasta ahora.
Desde la caída de Jadue, las estructuras corporativas chilenas han permanecidos intactas. La ANFP sigue siendo una corporación privada sin fines de lucro, pero algunos clubes siguen haciendo sentir en el Consejo de Presidentes, al margen de su institucionalidad jurídica, el priviligiar sus propios intereses económicos. Particularmente en lo que dice relación con los dineros derivados del CDF.
Ahora aparece en este escenario y con fuerza un nuevo actor: el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia, ordenando, como medida cautelar y en carácter de prejudicial, dejar sin efecto la suma de 50 mil UF aprobada como requisito de entrada a la primera B a Barnechea y, de paso, la Fiscalía Económica entra a analizar si esta elevada exigencia económica es una suerte de colusión entre los clubes, considerando la probable existencia de un verdadero cartel que atentaría a los principios de una sana y libre competencia.
Los alcances de la resolución dictada están por verse, como también el límite de la investigación de la Fiscalía Económica, pero ya estas medidas golpean las bases mismas de la institucionalidad corporativa.
“No estamos en contra de que entren clubes y a los que han ingresado se les han dado facilidades”.
“Es una pena que se hable de esto. Nunca ha existido colusión. Los derechos de jugar se ganan en cancha”.
“¿De qué cartel me habla? Esto es ridículo, el mejor chiste del último tiempo. Es algo folclórico”.
“Por ningún motivo es un cartel. Es simple: el que sube paga una cuota que cuando baja se le devuelve”.