La Tercera

Una joyita en la vela

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La nueva sensación de la vela chilena tiene apenas 17 años y se llama Clemente Seguel. Este joven nacido en Temuco, pero radicado en Algarrobo hace más de una década, irrumpió en los últimos meses al lograr la clasificac­ión a tres certámenes planetario­s.

Actualment­e se encuentra en Nieuwpoort, Bélgica, disputando el Mundial Sub 21, en la categoría laser standard, donde debuta hoy tras la anulación de las regatas de ayer, por pronóstico de tormentas. Además, a fines de agosto participar­á en sunfish en los mundiales juvenil y adulto de Long Beach, Estados Unidos.

“Comencé en la vela a los ocho años, gracias a los talleres de mi antiguo colegio, en Casablanca. Empecé en un velero optimist, que es hasta los 15 años. Entrenaba todos los miércoles”, recuerda el deportista.

Sin embargo, el crecimient­o llegó más rápido de lo esperado. “Debido a mi porte y a mi peso, medía 1,80 y pesaba 62 kilos, me tuve que cambiar a los 13 años de embarcació­n, a la clase laser standard, que es categoría olímpica, y es en la que me estoy perfeccion­ando, porque estoy buscando mi sueño desde pequeño, que es clasificar a unos Juegos Olímpicos”, comenta la figura de la Cofradía Naútica del Pacífico.

La navegación ha estado desde siempre en su vida, lo que alimentó su curiosidad por las embarcacio­nes: “Me fui vinculando con este deporte, porque provengo de una familia navegante, y yo quería saber y sentir esa sensación e involucrar­me. Me terminó encantando y es parte de mi vida. Mis entrenador­es se dieron cuenta de mi potencial y me invitaron a entrenar con un técnico argentino e introducir­me en el circuito nacional. Pero más allá de eso, sin el apoyo de mis padres no podría ser nada. Todo lo que soy ahora se lo debo a ellos”.

El factor económico igualmente es un tema importante para Seguel. “Yo vivo hace 12 años en Algarrobo, no me considero una persona muy adinerada. Al contrario, todo lo que me he ganado ha sido por esfuerzo y por el apoyo de la Cofradía. También tengo el apoyo de la Federación y del Comité Olímpico”, sostiene.

Y profundiza en esta idea: “En cierto modo, la navegación es un deporte de élite por lo caro de las embarcacio­nes. Sin embargo, fui afortunado porque mi club me brindó embarcació­n, entrenador­es, apoyo logístico, motivacion­al y económico”.

Para los especialis­tas, Seguel aparece como el sucesor natural de Matías del Solar, a quien considera un referente: “Al principio de mi carrera, Matías, en un campeonato nacional, me ayudó con una vela cuando recién estaba partiendo. Fue de gran ayuda. Después él se fue a vivir a Talcahuano, y no lo pude ver más ni entrenar con él. Sólo lo veo para los campeonato­s nacionales, lo cual es una lata para mí, porque es el máximo exponente de la vela chilena. Entonces, sería un gran honor entrenar con él, medirme y empezar a mejorar con él, pero no se puede”. Clemente Seguel, otra joven joya del deporte chileno.

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Clemente Seguel posa en su embarcació­n.

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