Maduro radicaliza su “proyecto chavista” y recibe condena internacional
El gobernante intentó mostrarse victorioso tras los comicios de la Asamblea Nacional Constituyente, pero al mismo tiempo EE.UU., la Unión Europea y países como México, Argentina y Brasil condenaron el proceso.
Venezuela despertó ayer dentro de un clima de profunda incertidumbre luego de una jornada electoral marcada por la violencia y la tensión política. El domingo se llevaron a cabo los comicios para elegir a los diputados de la Asamblea Nacional Constituyente, una de las medidas más polémicas y rechazadas del mandatario venezolano Nicolás Maduro. Ahora el oficialismo conducirá al país hacia una nueva fase política basada en la reformación de la Carta Magna.
Las elecciones de la Constituyente se dieron en lo que muchos consideran como un día negro para Venezuela. Los enfrentamientos entre los manifestantes –el país atraviesa una ola de protestas hace cuatro meses- y las fuerzas de seguridad terminaron con más de 15 muertos y varios heridos en Caracas y otras ciudades del interior. Maduro llevó adelante los comicios a pesar de contar con una fuerte oposición interna y externa: al menos 10 países desconocieron los resultados.
También fueron puestas en duda las cifras que entregó el gobierno. Mientras el oficialismo celebró los más de 8 millones de votos a su favor y un 41,5% de participación en los comicios, la oposición situó la participación en 12%.
Reacciones
La realización de los comicios provocó la condena internacional, desde la Unión Europea hasta el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, quien desconoció la Asamblea Constituyente. Aunque Estados Unidos fue el primero en tomar acciones más fuertes. El Departamento del Tesoro del gobierno de Donald Trump anunció ayer que congelará los activos y prohibirá los viajes y transacciones comerciales a Maduro. Según la agencia Reuters, el anuncio no incluye medidas punitivas relacionadas al sector petrolero de Venezuela, aunque éstas siguen siendo consideradas, de acuerdo a fuentes del Congreso estadounidense y a una persona cercana al asunto.
“Maduro no es sólo un mal líder, ahora es un dictador”, dijo el asesor de seguridad nacional H.R. McMaster en una rueda de prensa. “Sus acciones recientes, que culminaron ayer (domingo) con la apropiación del poder absoluto a través de una farsa de elección, representan un serio revés para la democracia en nuestro hemisferio”, añadió. Maduro respondió que no obedecía “órdenes imperiales”.
Washington ya había advertido a Maduro de aplicar posibles sanciones desde que el Presidente anunció la realización de una Asamblea Constituyente a comienzos de mayo. Y pese a ello logró llevar a cabo sus comicios, lo que fue tomado -según los expertoscomo una radicalización de su revolución bolivariana.
En ese sentido, el director de la encuestadora Delphos, Félix Seijas, dijo a que se radicalizaba el pro-
La Tercera