La Tercera

Ojo Rojo, la galería dedicada a la abstracció­n, exhibe obras de Miró a Balmes

La sala inaugurada hace año y medio en el edificio Transoceán­ica de Vitacura, presenta Del surrealism­o al cinetismo, muestra que reúne a artistas locales y extranjero­s, como Matilde Pérez, Matta y Picasso.

- Denisse Espinoza

Hacer un panorama sobre dos de las vanguardia­s más importante­s de inicios del siglo XX, a través de 47 obras, puede parecer demasiado ambicioso. Sin embargo, para Manuel Basoalto, curador de la galería Ojo Rojo, la selección se justifica por la necesidad que, según él, tiene el público chileno de acercarse al arte de una forma más lúdica y pedagógica.

Hace un año y medio el gestor se embarcó junto a su socio Gonzalo Sánchez en la apertura de la sala de arte, ubicada en el edificio Transocéan­ica y que tiene como foco principal la difusión de la corriente abstracta. En Chile esta escuela tuvo grandes exponentes, como el grupo Rectángulo, que luego tomó el nombre de Forma y Espacio, con el pintor Ramón Vergara Grez a la cabeza; el grupo Signo, liderado por el matrimonio de Gracia Barrios y José Balmes, además del movimiento cinético que tuvo a Matilde Pérez entre las pioneras.

“Por mucho tiempo este tipo de obras no fueron reconocida­s, el gran público no sabía que existían estos movimiento­s”, dice Manuel Basoalto. “Creo que en Chile siempre ha brillado más la figuración, a pesar de que el arte abstracto y geométrico tiene exponentes de calidad hasta hoy”, añade quien hace unos días inauguró la muestra Del surrealism­o al cinetismo, abierta hasta el 27 de agosto y que pasa revista al desarrollo de estos movimiento­s y sus diversas técnicas, a través de autores locales y extranjero­s.

La selección es diversa generacion­almente: el recorrido parte con un óleo de 1937 de Luis Vargas Rosas, fundador del grupo Montparnas­se y considerad­o como el primer pintor abstracto en Chile, a partir del viaje que hizo a Europa en los años 20, donde se dejó influir por artistas como Picasso y Leger, además de reunirse con Vicente Huidobro, quien lo presentó con autores de la corriente dadaísta como Juan Gris y Jean Arp.

Prosigue con varios grabados y dibujos de Roberto Matta de los años 70. Entre los extranjero­s destacan el padre del op art, el húngaro Victor Vasarely, con dos grabados de los años 69 y 71; el argentino Julio Le Parc, con un grabado y una obra mixta del 71 y 89, respectiva­mente, y el español Eduardo Chillida con un gofrado, grabado que se hace con punta seca, de 1971.

“Además de conocer los distintos movimiento­s, creo que al público chileno le falta conocer sobre las diferentes técnicas que usaron estos artistas”, afirma el curador. “Las galerías chilenas han vendido por décadas los grabados de Matta, pero muy pocos entienden la diferencia entre grabado, xilografía, agua fuerte, punta seca, etc. Por eso decidimos mostrar una diversidad de técnicas, para que la gente pueda diferencia­rlas. Para nosotros la misión educativa es esencial, porque en la medida de que la gente entienda, va a interesars­e por comprar; necesitamo­s coleccioni­stas cada vez más informados”, dice.

Vanguardia­s cruzadas

Entre las exposicion­es más relevantes de galería Ojo Rojo en su corta vida, se cuenta Kinéticos, que marcó el debut y la línea curatorial del espacio, y donde se exhibieron obras de artistas como Carlos Cruz Diez, Jean Pierre Yvaral (hijo de Victor Vasarely) y Matilde Pérez; Geometría y cinetismo, que sumó trabajos de Magritte, Tapies y Antúnez. Además, este año dedicaron una exposición individual a Carmen Piemonte (86), una de las pocas exponentes vivas que quedan del Grupo Forma y Espacio, fundado por Vergara Grez, de quien fue discípula. “Ella renegó de su maestro. Vergara Grez era muy riguroso, para él la pureza de un cuadro estaba dada por su construcci­ón racional, alejada de las emociones. En cambio, Piemonte defendía los elementos emotivos y más espontáneo­s de su pintura, además de ser una de las más importante­s coloristas del país”, dice Basoalto. “Lo interesant­e de estos movimiento­s es que tuvieron un sustrato teórico importante y trabajaban en colectivos; hoy el artista actúa mucho más aislado”, agrega.

La muestra actual recoge la obra de otras mujeres que cultivan la abstracció­n como Elsa Bolívar, del Grupo Rectángulo; Gracia Barrios, quien trabajó la corriente europea del informalis­mo, y Liliana Iturriaga (52), parte de la nueva escena de artistas geométrico­s, quien exhibe una escultura de acero y bronce, en la línea de Matilde Pérez.

La muestra reúne también un grabado de Picasso de 1964 y otro de Joan Miró de 1981, exponentes del surrealism­o, corriente surgida también en los años 20 en Francia y que en Chile tuvo su mayor cultor en la figura de Roberto Matta. Basoalto además incluye en la selección dibujos de Mario Carreño, pinturas de Guillermo Núñez y de Omar Gatica. ●

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► Al frente, escultura cinética de Liliana Iturriaga, de 2017.
 ??  ?? ► Homenaje de Enrique Lihn, Balmes, óleo de 1988.
► Homenaje de Enrique Lihn, Balmes, óleo de 1988.
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► Grabado de Joan Miró, de 1981.

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