Yo no aflojo
No resulta muy fácil hablar de temas nacionales en el mismo momento en que el mundo es puesto en un estado de tensión, más bien propio de los más complejos eventos de la Guerra Fría. La escalada verbal sin precedentes entre el gobernante norteamericano y el autócrata que detenta el poder sin contrapeso alguno en Corea del Norte, nos coloca como meros espectadores alarmados de una situación que puede terminar de la peor manera, afectando la vida de todos. Donald Trump amenaza “una furia y fuego jamás vista en este mundo”, agrego yo, el único que tenemos. Al frente tiene a Kim Jong-un espantoso e inescrutable ser humano capaz de cualquier cosa. Los riesgos de una discusión entre un matón misógino y un autócrata atrabiliario, saltan a la vista.
Sin embargo, en la fértil provincia solemos, más allá de los beneficios de la globalización y de la masificación de las redes, volcar nuestros debates preferentemente a temas domésticos, especialmente en época de elecciones presidenciales. Permítanme entonces, no escapar a lo anterior, ejecutando este salto temático. Mucho se escribió en estos últimos días sobre el pasado, presente y futuro de la Democracia Cristiana, acaso la más lúcida de las interpretaciones la hacía el columnista semanal de este diario, Ascanio Cavallo. En general todos los análisis, reportajes, comentarios, surgían de las decisiones tomadas por la máxima instancia colegiada de la DC, una de ellas, la más compleja y lejana del sentido común, fue revertida a mi juicio de manera muy correcta y certera por la presidenta y candidata presidencial Carolina Goic. La otra