Rechazo ciudadano a la reforma previsional
Aun cuando distintos estudios de opinión coinciden en que la mayoría de la población no está conforme con los actuales niveles de las pensiones, favoreciendo la idea de introducir cambios, es llamativo que el proyecto que presentó recientemente el gobierno -que aumenta la cotización, crea un ente estatal para administrar estos aportes e introduce un fondo intergeneracional- despierte -de acuerdo con un estudio de Cademun alto rechazo inicial, algo que no se vio en las otras reformas estructurales.
El 58% estima que esta reforma no se reflejará en un aumento de las pensiones, en tanto un 57% opina que tendrá efectos negativos sobre el empleo, y el 77% estima que el costo del mayor aumento en la cotización finalmente será traspasado a los trabajadores. Estos números no dejan de causar sorpresa, porque a pesar de que la reforma ha sido elaborada con guiños a “la calle”, ésta misma es la que aparece ahora contraria a esta propuesta.
Es posible que estos índices de rechazo sean también reflejo de la negativa evaluación general hacia la gestión del gobierno, pero cuando la ciudadanía percibe con tanta claridad los negativos efectos que esta reforma podría tener sobre el empleo y las remuneraciones -precisamente donde se han concentrado los mayores cuestionamientos de múltiples expertos-, dicha percepción no debería ser desatendida por el oficialismo. El costo de improvisar para dar gusto a grupos de presión se está empezando a reflejar con nitidez, y por lo mismo sería poco responsable agilizar la tramitación de esta reforma con un afán meramente electoral.