Guede no es de fierro
No me refiero a la composición anatómica que tiene el estratega albo ni tampoco a su distanciamiento con el ex capitán Gonzalo Fierro. El puntero, volante, lateral derecho y hasta defensa central que no es considerado ni para calentar la banca. Para Gonzalo, y cualquier jugador longevo, el tiempo es implacable.
Me refiero a que Guede es de carne y hueso. Esa carne que ya se siente trémula y débil con huesos que crujen ante la decepcionante performance del equipo albo y la presión del próximo Superclásico. Se juega el todo o nada. Y es triste decir que en la propia casa abraza la impotencia y la fragilidad. Allí donde debe imperar siempre respeto y felicidad.
Sin Paredes, la casa alba parece una mediagua, frágil y transparente que al menor sismo se derrumba. Todo es previsible. Pablo con nada sorprende. Se atreve con cambios tácticos y terminan con la cabeza gacha.
A Guede el frío le cala los huesos, perdió esa calidez con que era recibido en el Monumental. Es de carne tierna y lo demostró en fechas recientes con una renuncia abortada por Mosa.
Frente al archirrival llega de mala forma, los azules están engreídos. Sin jugar bien, ganan. A puros pelotazos, desequilibran. El fútbol es emoción y la U está mejor aspectada. Pero en la ruca algo debe suceder para cambiar esta agria historia. Cada uno llega con sus propios códigos y el fútbol se amolda a las circunstancias.
Sin embargo, me preocupa que la tolerancia y convivencia dé paso nuevamente a la odiosa guerra de colores desteñidos por la violencia y aborrecimientos irreconciliables. Y esto se alimenta desde la cuna por padres irresponsables.
Valdivia y Valdés, Pizarro y Lorenzetti, deben ser los generales del mediocampo donde se libran las batallas más sabias. Hermosa lucha entre talentos en extinción.
¿Quién será el gato y quién el mísero ratón? ¿Rasguñarán los albos como prometen? ¿La U jugará al cateo de la laucha? ¿Pensarán en dar espectáculo? Es el esperado partido de la fecha. Los DT tienen la palabra.
Ex futbolista y entrenador