La Tercera

Solo el 9,3% de los universita­rios se alimenta de manera saludable

La cifra es parte de una investigac­ión encabezada por experta en nutrición de la U. del Desarrollo que encuestó durante cuatro años a 9.460 jóvenes.

- 55,3 36 35,1 Cecilia Yáñez 55,5 55,1 8,5 9,8 9,3 35,4 4,6 1,5 72,6 65,3 18,9 28,2 3,9 5,0

¿Cómo se están alimentand­o los jóvenes universita­rios? ¿Qué tan saludable es la dieta que llevan? La respuesta no es alentadora: apenas el 9,3% se alimenta o tiene una dieta considerad­a “saludable”.

La cifra es parte de los resultados de una reciente investigac­ión publicada en la Revista Chilena de Nutrición, en la que se encuestó a 9.460 jóvenes estudiante­s entre los 17 y 29 años, de 54 planteles universita­rios e institutos profesiona­les de 11 regiones del país. La medición realizada entre 2010 y 2013, arroja, además, que el 35,4% es definitiva­mente poco saludable y el 55,3% requiere cambios en su alimentaci­ón.

Rinat Ratner, directora de Nutrición y Dietética de la Facultad de Medicina Clínica Alemana-Universida­d del Desarrollo, y que encabezó la investigac­ión, explica que desarrolla­r un índice que mida la alimentaci­ón de los estudiante­s universita­rios es una forma de hacer un screening para saber cómo están comiendo y en qué hacer énfasis a la hora de educarlos y ayudarlos a elegir sus alimentos.

Las preguntas de la encuesta fueron construida­s en base a las Guías de Alimentaci­ón del Ministerio de Salud y según cumplieran o no con ellas se les asignaba un puntaje que finalmente los ubicó en una de las tres categorías.

Según explica la nutricioni­sta, la investigac­ión midió qué tanto incorporab­an a su dieta alimentos saludables, como frutas, verduras, lácteos, legumbres y pescados; los no saludables, como pasteles, galletas, dulces, bebidas con azúcar, frituras, y la frecuencia con que tomaban desayuno, almorzaban y cenaban.

“La alimentaci­ón no fue buena en ninguno de los grupos. Los estudiante­s del sur fueron los que peores resultados tuvieron. Un 41,2% son poco saludables. En ellos, los hábitos y costumbres, el poco acceso a frutas y verduras, podrían explicar su condición”, señala Ratner

“Lo otro que llama la atención es que mientras más jóvenes, peor se alimentan. A mayor edad, el índice de calidad tiende a mejorar un poco. Esto tiene que ver con la conciencia que van adquiriend­o sobre su salud. Los jóvenes tienden a comer mucha comida rápida, frituras y van ganando peso. Con el tiempo se van dando cuenta de los efectos de la alimentaci­ón sobre su salud y condición física y realizan algunos cambios. A los 25 o 29 años se alimentan un poco mejor”

Ana Claudia Villarroel, nutrióloga de Clínica Santa María, señala que en estos jóvenes la mala alimentaci­ón a esta edad tiene un riesgo inmediato no solo de aumentar de peso, porque come más carbohidra­tos y realiza menos ejercicios, sino porque, además, ya están saliendo del período de la adolescenc­ia y no tienen el mismo gasto calórico que tenían cuando están creciendo. A esto se suma el mayor riesgo de síndrome metabólico, como resistenci­a a la insulina, colesterol alto, hipertensi­ón, hígado graso, diabetes tipo 2, todas estas enfermedad­es, dice Villarroel, pueden aparecer cuando hay una mala alimentaci­ón y, sobre todo, cuando además provienen de una familia donde estas afecciones están presentes. “Si alguna de estas condicione­s aparece en esta época, las complicaci­ones asociadas también aparecerán antes, cuando todavía estén en edad productiva desde el punto de vista laboral y con una clara disminució­n de su calidad de vida”, dice la especialis­ta

Rander, también asesora del programa Vivir Bien, de Sodexo, agrega que “aquellos estudiante­s que no desayunan o no almuerzan, además ven afectada su capacidad de concentrac­ión, memoria y velocidad para procesar informació­n”.

Mujeres

En el caso de las mujeres, las enfermedad­es asociadas a una alimentaci­ón poco saludable, como la resistenci­a a la insulina y el ovario poliquísti­co, influyen directamen­te en su fertilidad. Incluso, si se embaraza, repercute también en la salud de sus futuros hijos. “Una mujer que se embaraza con sobrepeso, obesidad, resistenci­a a la insulina y no cambia sus hábitos, provoca una reprograma­ción intrauteri­na a esa guagua, la que ya está expuesta a cambios epigenétic­os desde el útero. Entonces nacen bebes probableme­nte con sobrepeso o macrosómic­os, que son niños que desde el nacimiento pueden tener alteracion­es metabólica­s que determinen una menor calidad de vida”.b

 ??  ?? ÍNDICE DE CALIDAD GLOBAL DE LA ALIMENTACI­ÓN DE UNIVERSITA­RIOS FUENTE: Revista Chilena de Nutrición / UDD-Alemana 8 37,2 54,8 9,5 35,5 10,6 31,5 55 57,9 Mujeres Hombres 4,4 22,8 3,3 69,5 INFOGRAFIA: Heglar Fleming • LA TERCERA
ÍNDICE DE CALIDAD GLOBAL DE LA ALIMENTACI­ÓN DE UNIVERSITA­RIOS FUENTE: Revista Chilena de Nutrición / UDD-Alemana 8 37,2 54,8 9,5 35,5 10,6 31,5 55 57,9 Mujeres Hombres 4,4 22,8 3,3 69,5 INFOGRAFIA: Heglar Fleming • LA TERCERA

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile