La Tercera

“Al nombrar candidatos hubo muchos proyectos personales y pocos colectivos”

Tiene una mirada crítica de la gestión de la mesa directiva del PS y admite que hay “incertidum­bre” sobre el desempeño de las cartas senatorial­es de la colectivid­ad.

- Lorena Ferraro

Escudero en el PS de la frustrada candidatur­a de Ricardo Lagos, el senador Carlos Montes optó por asumir un rol asesor en la campaña de Alejandro Guillier, pese a los intentos del comando por instalarlo en la primera línea. Afirma que el abanderado entrará en una nueva etapa y cuestiona, desde las filas socialista­s, la “incidencia” actual de la colectivid­ad y el foco en la designació­n de postulante­s al Congreso, cuyo principal hito fue la nominación a última hora de José Miguel Insulza como carta al Senado por Arica.

¿Cómo analiza la decisión del ex ministro de competir en esa región? Recibió críticas porque horas antes dijo que solo iría por Atacama...

Al nombrar candidatos hubo muchos proyectos personales y pocos colectivos. Esto prácticame­nte cruza todo, y por eso a la ciudadanía le debe molestar, porque cada uno está pensando en dónde voy, qué me conviene y no cuáles son los objetivos más comunes. Y eso hace que lo de Insulza parezca como una cuestión individual. Sin embargo, creo que Insulza es una persona muy valiosa, que en un proyecto de país puede jugar un rol bastante importante. Ojalá que salga electo.

¿Y no lo podía jugar también en la Región de Atacama?

Es que ahí vino todo un proceso de organizaci­ón de las candidatur­as buscando maximizar resultados, y lo que yo reclamaría es que se requiere combinar eso, maximizar resultados, con cómo hacer el mejor trabajo en función de ciertas ideas de país. A veces pasan a ser muchas discusione­s sobre ingeniería electoral y no necesariam­ente sobre la visión que se tiene de las cosas.

¿En esta decisión usted cree que primó un proyecto más personal?

O sea, no sé. Insulza es parte de una gran corriente de centroizqu­ierda, se siente parte de esto, pero sin duda hoy día en toda la instalació­n de candidatur­as de todos los niveles ha faltado más por qué, para qué, y no solo quién. Creo que Insulza es una persona muy de centroizqu­ierda, muy ubicado acá, y tiene una visión de país, pero creo que es importante que la ponga más en juego, que se note más, que ayude a la gran discusión sobre los problemas de país que tenemos.

El timonel del PS, Álvaro Elizalde, decía que el gesto de la DC a Insulza genera las bases para un entendimie­nto en segunda vuelta...

Las cosas no se han hecho bien, o digámoslo más suave, se podrían haber hecho mejor, de tal manera de que la fuerza principal nuestra, que es esta gran cantidad de gente que se siente de centroizqu­ierda, se sintiera convocada. En ese contexto, la distancia que se produjo con la DC no es lo mejor. No se encontró otro camino y, bueno, ahora estamos en un intento de recomponer. Y creo que lo que ocurrió con Insulza, de que la DC lo apoyara, son gestos de que hay conciencia de que para mejorar este país se requiere unidad entre el centro y la izquierda, si no no tendremos incidencia. La derecha es demasiado poderosa en Chile.

El traslado de Insulza ocurrió cuando algunos en el partido asumen que la planilla de senadores PS puede ser débil...

Mi mayor distancia política con la dirección (del PS) es no haber participad­o en las decisiones y debates políticos del país. Los candidatos dependen mucho del contexto en que se dan. Entonces, el PS requiere más presencia en el debate nacional, en la sociedad. En Educación no ha habido ninguna opinión del Partido Socialista, en lo de los consumidor­es tampoco. En el tema venezolano el partido podría haber tenido una posición más nítida de crítica.

¿Cómo se canaliza esa voz?

Ese es un problema de la mesa, de la dirección. Hay condicione­s para que el PS haga más política, tenga más presencia política, arriba en las alturas y en la base, y lo de los candidatos está muy ligado a esto. ¿Hasta qué punto se ve al PS siendo portador de un proyecto país, político, de incidir en las cosas? En eso el PS podría dar mucho más.

¿Ha primado un personalis­mo en la elección de candidatos? Porque hoy llevan a Isabel Allende (Valparaíso), Álvaro Elizalde (Maule) y Camilo Escalona (Aysén), y a ninguno de ellos en el PS lo dan como seguro ganador...

Hay un problema ahí, porque el PS parte con más senadores que otros. Hay cuatro que siguen. Entonces, los tres que entran, estos tres principale­s, la Isabel recién va a partir, en el caso de Alvaro no sé por qué eligió esa zona -alguna motivación de historia familiar- y Camilo hizo un análisis y llegó a que era posible allá. Hay un nivel de incertidum­bre grande de qué va a pasar con cada uno de ellos. No hay carreras corridas, pero de repente les puede ir bien.

Se apostó por “rostros” del partido que no necesariam­ente son de las regiones en que compiten...

Están haciéndolo. Escalona ha dedicado todo este tiempo, se fue a vivir allá y lleva varios meses trabajando harto. Vamos a ver el impacto que eso tiene. En el caso de la Isabel, está trabajando también, y a Insulza hay gente que lo da por seguro. La gran cosa fue las encuestas. Él debió haber encargado las encuestas en conjunto con la mesa, porque hay como mucha desconfian­za en estas cosas.

Se pidió a Insulza ir por Atacama. Lagos bajó su candidatur­a presidenci­al cuando el comité central optó por Guillier. Algunos acusan una suerte de maltrato a figuras históricas. ¿Lo comparte?

Comparto que en el caso de Ricardo Lagos hubo poca finura, poco análisis de las implicanci­as de eso, y en el caso de José Miguel es brusco también y hay mucha gente que le molestó, incluso a algunos que no son socialista­s, porque aparece no respetando la historia. Si Insulza es parte fuerte de esta historia.

¿Ahí es cuando falta esa visión que dice usted?

Falta politizar más, tener más visión de lo que está en juego, cómo nosotros aportamos a los grandes debates, conversamo­s más con los ciudadanos de otra manera, escuchando más. Pero el PS es un partido demasiado central en la Nueva Mayoría y si su manera de hacer las cosas tiene un sesgo en uno u otro sentido, influye entonces y es súper importante que sea un partido de mucho contenido, de vinculació­n con la sociedad. Y yo creo que en eso a esta mesa le ha faltado quizás experienci­a o ha tenido una opción que no es tan clara.

A esta mesa le va a correspond­er tender los puentes a la DC de cara a la segunda vuelta...

Todo esto supone una política de alianzas clarísima entre el centro y la izquierda. Hay que reconstrui­r puentes con el mundo popular, sectores medios, de los profesiona­les, porque lo paradojal en este país es que la derecha no tiene esos vínculos tampoco. ¿Quién quiere a Piñera en este país? Yo siempre le pregunto a la gente de derecha quién quiere a Piñera, y no lo quieren.

Aun así llegó a La Moneda y ahora tiene opción de volver...

Alguna gente cree que es empresario, y Chile necesita como una especie de empresario, aunque no le gusta mucho Piñera. No es una persona con mucho carisma, mucha gente lo hace más bien por descarte. Lo que le quiero decir no es que tenemos asegurado nada, pero no es imposible tratar de revertir la situación en que estamos.

¿Cómo se revierte? Se dice que Guillier tiene carisma, pero que su problema es otro, que incluso en su sector no confían en su capacidad de gobernabil­idad...

Creo que Guillier tiene una gran recepción y valoración en el mundo popular. En el mundo profesiona­l y de sectores medios lo están observando y tiene un potencial muy grande, porque a esa gente tampoco le gusta Piñera. Y las desconfian­zas de la elite son qué condicione­s tiene para gobernar el país o no. Creo que él está construyen­do condicione­s, no es una persona que tenga una experienci­a de gobierno, y de parlamenta­rio tiene algún tiempo. Entonces, eso tiene que adquirirlo. Guillier está aprendiend­o, está armando equipo, no ha dado a conocer mucho su equipo, porque tiene gente de calidad en muchas áreas. Él va a necesitar mucho más tele, va a tener foros en la tele, va a estar a prueba, porque hay mucha gente

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