La historia de la imagen que mostró el horror de la guerra en Bosnia
En 1993, un fotógrafo español capturó la destrucción de la Biblioteca de Sarajevo.
Hace 25 años, la noche del 24 de agosto de 1992, la imponente Biblioteca de Sarajevo quedó en ruinas. Vijecnica, inaugurada en 1896, fue destruida por proyectiles de fósforo disparados por el Ejército serbio. No sólo desapareció su infraestructura, sino también más de dos millones de volúmenes, una colección única de libros y publicaciones históricas bosnias, además de 700 manuscritos.
Toda la historia contenida en sus paredes —que abarcaban los imperios turco-otomano y austro-húngaro— se derrumbó en una noche, al igual que el alma de la ciudad. Entonces, miles de reporteros llegaron hasta el edificio para fotografiar la destrucción. Se tomaron miles de fotografías, pero sólo una, captada casi un año después por el periodista Gervasio Sánchez (autor de El cerco de Sarajevo, 1994), se transformó en el icono de la guerra, al mostrar en blanco y negro la sala principal del edificio atravesada por un haz de luz.
Un golpe de suerte
Sánchez conocía bien Sarajevo y también la biblioteca. Cuando quería hacer un alto en sus extensas jornadas de reporteo acudía hasta sus escombros. “Cuando quería descansar me sentaba encima de las piedras y cuando tenía mucho frío en la calle estaba más calentito en el interior. O iba a reflexionar. A sentarme sobre esta biblioteca destruida por las bombas, que de alguna manera era el símbolo de la gran tragedia de Sarajevo. Estamos hablando de la destrucción de los puentes de convivencia, y es lo peor que pudo haber pasado”, dice a
Durante los tres años que duró el conflicto, entre 1992 y 1995 (con más de 100 mil víctimas), el periodista entró y salió varias veces de la ciudad. “Ese día que tomé la fotografía era un domingo de julio de 1993. Me acuerdo perfectamente”, relata. Eran cerca de las 9:45. “Yo paseaba por el centro cuando intuitivamente se me ocurrió entrar en la biblioteca, a la que ya había ingresado en varias oportunidades a fotografiar. Era un lugar que casi todos mis colegas ya habían
La Tercera.
capturado”, dice Sánchez.
El fotógrafo español cuenta que entró al edificio y tomó las imágenes en blanco y negro con su Nikon FA un tanto apurado porque tenía agendada una entrevista con uno de los máximos responsables del Ejército bosnio en Sarajevo.
“Cuando salí de la biblioteca me di cuenta que había cometido un error. Unas semanas antes había tenido un encontronazo con grupos armados y me rompieron el fotómetro natural. Entonces medí mal la luz. Volví a entrar con mucha prisa y me encontré con la gran sorpresa de que un haz de luz atravesaba la biblioteca”, recuerda. Para Sánchez, todo fue una “casualidad”.
“Sólo cuando vi la imagen publicada me di cuenta que estaba ante uno de los iconos de la guerra de Bosnia”, relata el periodista.
Su objetivo, en todo caso, no era que la foto terminara en un museo. “A veces ocurre que las imágenes que fueron tomadas para denunciar, terminan colgadas en los museos”, dice este periodista, que luego regresó a Sarajevo para la reinaguración de la biblioteca.b