La Tercera

Queens of the Stone Age: Don Diablo se ha escapado

- Por Marcelo Contreras

Queens of the Stone Age. Se invoca su nombre cuando declaran en agonía al rock. El líder Josh Homme marcó distancia cuando The Strokes y The White Stripes representa­ban el último estertor masivo del género. El guitarrist­a que se niega a revelar la química de su sonido a revistas especializ­adas, comprende el pasado como la tinta para escribir el futuro -no para repetirlo-, la misma conclusión que hace medio siglo puso en práctica Jimmy Page. Homme se convirtió en referente. Iggy Pop lo convocó para Post Pop Depression (2016). Fue su mejor disco en décadas.

Villains carga una presión enorme como si nos tuviera que salvar de algo, la misma exigencia des- templada para Arcade Fire en su reciente retorno. Aún desestiman­do la expectativ­a desentonad­a, la síntesis de este séptimo álbum desilusion­a si la esperanza ante cada título de QOTSA es la sorpresa y la confirmaci­ón indiscutid­a de su lugar como punto aparte en la oferta musical reinante. Hasta ahora su discografí­a está exenta de pasos en falso como anota al menos un par de obras con cartel de clásicos modernos incluyendo Rated R (2000) y Songs for the Deaf (2002), rock muscular y dúctil que puso en jaque los clichés de macho arraigados en la etiqueta.

El álbum persiste en la saludable tradición del conjunto por explorar alternativ­as, solo que ahora los resultados carecen de la inmediatez y la efectivida­d embriagant­e de antes. La entrega previa, ... Like Clockwork (2013), mostró a un Homme vulnerable y pesimista, estado que supo traducir nítidament­e en sus caracterís­ticos riffs acorazados, narcóticos y cachondos. Ahora no queda particular­mente clara la dirección del álbum vaticinado como bailable por la presencia del productor de moda Mark Ronson (Adele, Bruno Mars), sin que tal elemento subordine la obra.

Con lupa se advierte, a ratos, que los teclados ganan presencia contribuye­ndo a esos ambientes pastosos y siniestros rúbrica de QOTSA. Pero en una banda donde la guitarra protagoniz­a una buena parte del encanto, es la voz el centro de gravedad. Domesticat­ed animals ejemplific­a lo seguro que se siente Homme como cantante. Si bien es un intérprete que suaviza con ingenio la ruda naturaleza de su música, cuela una buena dosis de auto condescend­encia en un largo y aburrido segmento de dibujo ramplón con la voz en primer plano.

Tras los nueve temas y sus 49 minutos sabes que estas canciones tienen equivalent­es de mejor calidad en el catálogo de QOTSA. Hay decorados que lucen desgaste como esa insistenci­a por una textura radial del periodo de entre guerras y cadencia de vodevil que en clásicos como No One Knows funcionaba­n de maravilla, pero tres lustros después suena repetido.

Probableme­nte Villains resulte un éxito comercial por la presencia de Ronson. El británico define su sello en el single The Way You Used to do, instalando a estos rockeros duros bajo una bola de espejos. Kiss hizo algo parecido cuando lanzó I Was Made for Loving You (1979), una gran canción con la que vendieron como nunca mientras perdían reputación entre sus fans. Este caso no es así de dramático pero guarda ligera relación. Aunque la inquietant­e portada grafica la idea de Josh Homme observando la realidad con los ojos de un demonio, Villains no contiene el azufre de antaño.

QUEENS OF THE STONE AGE

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile