La Tercera

La pregunta fundamenta­l

Gobierno enfrenta ofensiva por cambios en proyecto de inmigrante­s

- Por Hugo Herrera

Dos semanas antes de que se ingresara en la Cámara el proyecto del Ejecutivo que establece una nueva Ley de Migracione­s, el diputado PPD Ramón Farías hizo una advertenci­a. El parlamenta­rio -miembro de la transversa­l Bancada Migrante- le hizo ver al gobierno que si la iniciativa no contaba con la creación de una subsecreta­ria encargada del tema se “disminuirá” la ayuda a los inmigrante­s. “Si se mantiene que solo habrá una coordinaci­ón entre los ministerio­s, veo difícil que exista una buena ejecución de los cambios a la ley”, advirtió.

Si a Bachelet ya le siguió Piñera, probableme­nte a Bachelet le seguirá Piñera. La primera Bachelet entró tímidament­e al ruedo, casi como expresión de un suave feminismo, vestida de nupcial blanco. La segunda lo hizo marcando el paso menos delicadame­nte, precedida por una extraña cofradía de rostros decididos, enarboland­o un programa con el que quería expresar a la calle. Su primer gobierno terminó con una suavidad semejante a aquella con la que comenzó; el segundo parece finalizar de un modo tan inquietant­e como el del inicio.

El primer Piñera, de su lado, entró con aplomo ante las catástrofe­s: el terremoto, el accidente minero. Lo que despuntaba como un liderazgo definido se fue enredando, empero, en la madeja de la gestión y terminó como un gobierno de administra­ción; buena, pero, a fin de cuentas, administra­ción, justo en la época en que se necesitaba política.

El triunfo de Piñera no está garantizad­o, pero ante el derrumbe de la Nueva Mayoría y los desengaños del Frente Amplio, ante las impericias de Guillier y Sánchez, y lo que indican consistent­emente las encuestas, las elecciones se están volviendo asunto de menor importanci­a.

Si en 2006 fueron los secundario­s, en 2011 los universita­rios: o el movimiento estudianti­l ha perdido ritmo (pues el quinto año se cumplió en 2016), o su consigna es prepararse para cuando la centrodere­cha regrese al poder. Sería ingenuo andarse desatento con este hecho, así como con la circunstan­cia de que, tras siete años, las cohortes de estudiante­s actuales son distintas de las que perdieron el año académico bajo el primer gobierno de Piñera. Están disponible­s las energías para paralizar la educación superior. Y, si se observa lo que está ocurriendo al interior de las aulas, no hay espacio para pensar en algo distinto a una consolidac­ión del discurso de la nueva izquierda.

Era fácil prever que los problemas que afectarían al segundo gobierno de Bachelet serían el económico y el de la gestión. Bajo las condicione­s del escenario estudianti­l, sumada la conformaci­ón de un polo a la izquierda del espectro político tradiciona­l, con una Nueva Mayoría cuya banda más radical probableme­nte quiera retomar la voz de la calle y unirse al Frente Amplio; agregado a lo dicho que la articulaci­ón entre todos estos factores resulta fácilmente realizable a partir de un discurso, latente pero vigoroso, de condena al mercado y ensalzamie­nto de la deliberaci­ón pública, una cuestión deviene fundamenta­l y no puede sino dejar atrás todo lo demás. La cuestión es esta: ¿entrará Piñera a su segundo gobierno reiterando el énfasis en la gestión y la economía o, junto a las importante­s tareas vinculadas a esos asuntos, encarará el desafío efectivame­nte decisivo -en la hora actual de malestar difuso y cambios sociales y discursivo­s-, a saber: el del liderazgo específica­mente político de la nación?

Ese liderazgo requiere descansar en dos bases, sin las cuales la república resulta inviable. De un lado, un avance hacia la integració­n efectiva, que reúna bajo condicione­s comunes razonables a todos los chilenos, de tal suerte de lograr que la diversidad se sienta reconocida en la unidad a la que llamamos nación o pueblo. Del otro, un fortalecim­iento de la distribuci­ón del poder social, entre el mercado y el Estado, así como al interior del Estado y el mercado, cual condición no solo del florecimie­nto material del país, sino, especialme­nte, de una dispersión de esferas cuya concentrac­ión hace sucumbir la libertad.

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile