LAS DEUDAS DEL COMANDANTE
El sacrificio en la cancha es un activo necesario para cualquier entrenador. Primero porque sin él es prácticamente imposible ganar en el fútbol profesional. Segundo porque permite nivelar, dentro de un plantel, a jugadores menos dotados técnicamente. Y tercero porque maquilla. Sí. Esconde problemas y suple falencias mientras el equipo sigue corriendo y metiendo. Recuerden que una cantidad no menor de hinchas lo único que no perdona es “que no la mojen”. En esta dinámica el futbolista qué pasa por un momento delicado apela al coraje, que es algo mucho más transversal y democrático, para desarrollar el juego y pasar el mal momento. No es que todos lo tengan, pero sí todos se pueden contagiar.
La UC de ayer fue eso. Un sacrificio conmovedor frente a un equipo que lo superó en grandes pasajes del partido. Salvo Buonanotte, que se jugó un partido aparte, los cruzados siguen en la búsqueda de esa esquiva y necesaria tranquilidad que los lleve a disfrutar el partido.
Mario Salas dice que mantiene las convicciones y le creo, pero los cambios son evidentes y el plantel los agradece. El problema subyace en el mensaje y la manera de entregarlo. Cada vez más se apela a la entrega y menos a la organización de juego. El rol del DT es fundamental en esto ya que debe reencantar a sus futbolistas a rescatar lo mejor de ellos. Sin ir más lejos, lo que los llevó a ser bicampeones.
Ayer se encontró con un triunfo reconfortante que devuelve algo de paz, pero que en lo futbolístico sigue dejando dudas defensivas cuando la UC divide la cancha transformándose en un equipo muy vertical pero vulnerable cuando corre contra su arco. Corre en exceso como si con eso pudiera reconfortarse y calmar a su hinchada. En algunos partidos sirve, no en todos y menos si piensa pelear un título.
Siempre he sido un defensor de Mario Salas como DT. Dicho esto es necesario también que revise su carta de navegación. El camino del coraje es importante y necesario, pero tentador para camuflar problemas.