Se está volviendo cada vez más resistente
Uno de los mecanismos que utilizan las bacterias para volverse resistentes a los antibióticos consiste en la fabricación de enzimas que destruyen al fármaco y lo hacen ineficaz. Es precisamente esta herramienta la que en el último tiempo está utilizando la bacteria Escherichia coli, una bacteria común que causa, entre otras, la infección urinaria y sepsis.
Mónica Lafourcade, presidenta de la Sociedad Chilena de Infectología (Sochinf), explica que esta bacteria es capaz de producir un tipo de enzimas (betalactamasas de espectro extendido, más conocidas como BLEE) que destruyen un gran número de antibióticos, dejando muy pocas alternativas terapéuticas a los pacientes que están infectados.
En el país, según datos de la red de resistencia bacteriana de la Sochinf, entre un 10% a 20% de las E. coli que producen infección urinaria y entre un 20% a 25% de las que producen sepsis son capaces de desarrollar estas enzimas.
Esto ha provocado que algunas infecciones urinarias que antes se trataban en forma ambulatoria, ahora se deban hospitalizar para tratar con otro tipo de antibióticos de vía endovenosa.
Esta misma bacteria, junto a Klebsiella pneumoniae y otras enterobacterias producen carbapenemasas (KPC), otra enzima que inhibe otro tipo de antibióticos que reduce aún más el arsenal terapéutico. “Según datos del ISP, la presencia de estas enzimas en enterobacterias ha aumentado de un 0,8% el 2012 a un 9,8% el 2016, lo que evidencia que hay un aumento de bacterias en nuestro país que poseen este mecanismo de resistencia, lo cual genera alta preocupación pues nadie puede predecir cuál será la evolución de este problema”, señala Lafourcade.
Otras bacterias frecuentes al interior de clínicas y hospitales, como Pseudomonas y Acinetobacter, también están aumentando su resistencia y en algunos casos se vuelven invencibles porque ningún antibiótico logra terminar con ellas.
●