Diplomáticos para un futuro incierto
Quienes entraron a la vida diplomática allá por 1985 nunca imaginaron que una década después ya no existiría la URSS, China sería potencia económica de mercado e internet estaría transformando profundamente las interacciones globales. Los diplomáticos tuvieron que leer los signos de los tiempos y adaptarse.
El desafío sigue siendo formar diplomáticos para un futuro incierto, pero ante el cual sepan actuar con imaginación, con flexibilidad y con la capacidad de tener una mirada perceptiva del entorno para representar a su país y llegar a los acuerdos necesarios en el diálogo internacional. Podremos resaltar valores, transmitirles experiencias y un sentido del interés nacional, pero la hoja de ruta se irá dando por el camino.
Ya tenemos una orientación compartida: la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible acordada por todos los países miembros de Naciones Unidas en 2015. Es importante saber cómo otros abordan este gran desafío de conjugar desarrollo económico, social y medioambiental en una visión integral desde la sociedad.
Y ese fue el propósito de fondo que nos hizo proponer a Chile como sede del Foro Internacional de Formación Diplomática, que por primera vez se reunirá en nuestro país a partir de este miércoles 6 de septiembre.
Cincuenta y cinco instituciones provenientes de 48 países de los cinco continentes llegarán a nuestra Academia Diplomática en momentos donde el debate sobre el presente y futuro del mundo está salpicado de preguntas. ¿Cómo actuarán los diplomáticos frente a lo que definitivamente es un cambio de época? ¿Cómo van a generar entendimientos y consensos entre culturas y modelos políticos distintos?
Chile siempre ha tenido vocación de contribuir al tejido de las relaciones internacionales, lo hizo en el pasado y lo hace ahora. El futuro debe encontrarnos en la misma actitud: ser voz del sentido común, sembrando ideas para un mundo mejor, más humano y más vivible.
Director de la Academia Diplomática de Chile “Andrés Bello”.