La Tercera

El Estado y la inviolabil­idad de las comunicaci­ones

La creación de un registro -como pretende la autoridad- que contenga datos sensibles de las comunicaci­ones privadas colisiona con garantías constituci­onales.

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El decreto que el Ministerio del Interior se encuentra tramitando en Contralorí­a, mediante el cual se busca actualizar disposicio­nes relativas a la intercepta­ción telefónica como también ampliar el tiempo y datos que las empresas tecnológic­as deben obligatori­amente almacenar -todo con el fin de asegurar un mejor resultado en la acción policial y de tribunales-, ha provocado justificad­o revuelo, porque lo que la autoridad presenta como una mera adecuación a lo dispuesto en el Código Procesal Penal, reviste en cambio profundos alcances que potencialm­ente afectan garantías constituci­onales, como es la inviolabil­idad de las comunicaci­ones privadas.

Así, conforme el nuevo decreto, los prestadore­s de servicios de telecomuni­caciones deberán mantener y almacenar por un período no inferior a dos años una serie de datos relativos a los usuarios, tales como los antecedent­es necesarios para identifica­r el origen de la comunicaci­ón -esto es, número de teléfono, nombre y datos del suscriptor, direccione­s IP-, como también aquellos indispensa­bles para identifica­r el destino de la comunicaci­ón, fecha, hora, duración y ubicación geográfica de los equipos. Esta conservaci­ón de datos -indica el nuevo decreto- aplica “cualquiera sea el medio o forma de telecomuni­cación”, lo que no solo comprender­ía llamadas telefónica­s, sino correos electrónic­os, mensajes de texto, redes sociales, WhatsApp y otras. El actual decreto 142 (2005) consagra esta obligatori­edad de almacenaje, pero por un plazo no inferior a seis meses y con un alcance mucho más limitado.

Frente a una disposició­n de esta naturaleza, parece evidente que la garantía constituci­onal de “inviolabil­idad de toda forma de comunicaci­ón privada” queda en abierto entredicho, pues esta protección supone no solo cautelar sus contenidos -cuestión que en todo caso no es alterada por el nuevo decreto-, sino todas las dimensione­s que interviene­n en el proceso de comunicaci­ón, y que por su naturaleza forman parte de la vida privada.

Aun cuando el registro de datos ya existe bajo el actual ordenamien­to, su ampliación a toda forma de telecomuni­cación profundiza la percepción de que se afecta aún más la privacidad. A diferencia de las intercepta­ciones, dicho registro no se crea a partir de una orden judicial -y por tanto dirigida específica­mente contra alguien que esté bajo investigac­ión-, sino que abarca a todos los chilenos, por el solo hecho de comunicars­e. No cabe duda de que legítimame­nte muchos pueden sentir que con ello su privacidad se ve vulnerada; tampoco cabe descartar que tal registro produzca algún grado de autocensur­a o inhibición en las personas, afectando la libertad de expresión.

A medida que flagelos como el terrorismo y el cibercrime­n se extienden de manera global y con métodos de acción cada vez más sofisticad­os, la legislació­n penal y los métodos de combate al delito deben estar debidament­e actualizad­os, para no perder eficacia. Pero es indispensa­ble que ello se armonice con las garantías fundamenta­les, porque de lo contrario la acción del Estado pierde legitimida­d. La forma que hoy presenta este decreto reviste fuertes objeciones de constituci­onalidad, por lo que la autoridad haría bien en retirarlo y tramitar una ley que permita una discusión amplia y profunda en el Congreso.

Injerencia del cambio climático en huracanes

A propósito de los devastador­es huracanes Harvey e Irma, cuyos daños le costarán a Estados Unidos un 1% del PIB, los expertos han vuelto a preguntars­e por las implicanci­as del cambio climático en estos fenómenos extremos y cómo enfrentarl­os.

New York Times. D. Leonhardt, EE.UU. | 12.09.17

La conexión puede ser compleja (...). Pero los seres humanos deben ser capaces de lidiar con la complejida­d. Hay evidencia abrumadora de que el cambio climático está alterando el clima. Harvey e Irma no fueron causados por el cambio climático, pero de seguro no habrían sido tan poderosos si el aire y los mares que los alimentaba­n no hubiesen sido tan cálidos.

Los Angeles Times. S. Martelle, EE.UU. | 11.09.17

¿El cambio climático empeoró a Harvey e Irma? Ese argumento no puede conectarse completame­nte, pero estas tormentas se ajustan a lo que esperan los científico­s del clima. Ello lleva a que este sea el momento perfecto para tener estas discusione­s. ¿Quieren más tormentas? Bueno, ese es el resultado probable tras generacion­es de combustibl­es fósiles.

CNN. Michael Bociurkiw, EE.UU. | 11.09.17

Quienes niegan el cambio climático pueden ver difícil defender sus posiciones cuando gran parte del clima extremo es culpado por las inusualmen­te cálidas aguas y condicione­s secas (...) Aunque es difícil reemplazar la capacidad humana perdida de la noche a la mañana, es posible reconstrui­r en un nivel más resistente a los fenómenos meteorológ­icos severos.

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