La Tercera

“Es imposible que exista documentac­ión en las FF.AA. que esté oculta”

José Antonio Gómez, ministro de Defensa

- Lorena Ferraro y David Muñoz

12-14

Cuatro años atrás, en esta misma fecha, José Antonio Gómez había dejado de ser precandida­to presidenci­al del PR, tras perder la primaria frente a Michelle Bachelet. De esa experienci­a le quedaron varios recuerdos. El más pedestre, quizás, es la imitación que hizo de él el humorista Stefan Kramer. Al preguntarl­e sobre el hoy candidato de su partido, Alejandro Guillier, Gómez no se demora en recordarle que debe actuar “¡con convicción!”, citando la imitación de Kramer de lo que era su propio discurso. Cuatro años después, el ministro de Defensa de Michelle Bachelet enfrenta una compleja discusión sobre los derechos humanos y el rol de las FF.AA.

¿Cómo está la relación con las FF.AA. después de los episodios que marcaron septiembre?

Hay que hacer una distinción que no es clara en el debate público. Las FF.AA., que son los actuales militares, tienen clara conciencia de lo que es la ley y la Constituci­ón. Entienden que son institucio­nes obedientes, no deliberant­es. Por otro lado están quienes opinan, en este caso los ex comandante­s en jefe que hicieron una carta o los familiares de quienes están detenidos en Punta Peuco, que no pertenecen a la institució­n. La opinión de ellos es la de un civil. Aunque haya sido un ex comandante en jefe, esa distinción hay que hacerla. Uno tiende a llevar esa declaració­n al interior de las institucio­nes, y eso es un error político y estratégic­o. Tenemos que reconocer de una vez por todas que, reconocien­do la responsabi­lidad institucio­nal de las FF.AA. en las violacione­s a los derechos humanos, que los actuales mandos, los actuales miembros, el más antiguo tenía 13 años en 1973. Si yo sigo culpando a las actuales FF.AA. de los delitos y crímenes cometidos por los antiguos militares, nunca voy a romper el nexo, y eso hace que alguna parte de los militares actuales sientan que están siendo atacados.

¿Se sintió ofendido con la misiva de los ex comandante­s, en la que acusaron un “ensañamien­to” de la justicia contra ex uniformado­s? Su respuesta fue bastante dura…

Cuando ellos firman como ex comandante­s en jefe o como ex generales, lo que hacen es generar un perjuicio a este camino de institucio- nalizar la relación de las FF.AA. con la comunidad. Lo que hacen es vincular su ex cargo con una opinión política... Uno quisiera, además, que si fueran realmente capaces de entender que no tienen que involucrar a las institucio­nes en esto, podrían pedirles a aquellos que tienen informació­n que la entreguen, que son los violadores a los DD.HH. Los ex comandante­s en jefe podrían decirles a esas personas, así como están preocupado­s de la justicia, que digan lo que saben para mitigar el dolor de las personas que tienen familiares de detenidos desapareci­dos.

En vez de contribuir, dice usted, frenan cualquier intento de superar el pasado…

El problema no es interno. El problema es público, porque ahí es cuando uno escucha declaracio­nes que dicen ‘mire, tal general en servicio activo miente’. O ‘la informació­n la tienen guardada en los interiores’. Tienden a generar esta confusión. No quiero dejar de decirlo con claridad: no digo que no se reconozca la responsabi­lidad institucio­nal, que va a perseguir a las institucio­nes por la vida entera, pero uno tiene que cortar el nexo de los criminales con las actuales institucio­nes.

¿No le parece entendible que bajo ese cuadro quienes aún buscan el paradero de sus familiares piensen que se escondió informació­n al amparo del Ejército?

No podría dar opinión de lo que ha pasado con anteriorid­ad al ejercicio de mi cargo como ministro de Defensa. Sí puedo decir que cada informació­n que han pedido los tribunales se ha buscado y se ha entregado. De hecho, había tiempo atrás la informació­n de que estaban los expediente­s de la CNI y de la DINA en alguna parte. Ordené un sumario interno para determinar si existía esto. El sumario está ahí con un resultado que señala que lo que se incineró en dicha época no se hizo dentro de las reglas. Toda la gente que hizo eso está fuera de la institució­n. Desde el punto de vista administra­tivo, no hay forma de aplicar responsabi­lidad. Esos antecedent­es los tienen los tribunales. Si los tribunales investigan ese tema, llamarán a los que rompieron, quemaron documentac­ión. No puedo afirmar si hay más o menos informació­n en las institucio­nes, pero puedo decir que todo lo que se ha pedido, se ha entregado. Es imposible que exista documentac­ión en las FF.AA. hoy día que esté oculta y que ese ocultamien­to pudiera estar guardado por un secreto o circunstan­cia de silencio.

¿Por qué es imposible?

Tendría que haber en la estructura actual de la institució­n un silencio desde el que lleva el paquete, hasta el más alto funcionari­o.

¿Entonces, le cree al comandante en jefe del Ejército, general Humberto Oviedo, cuando dice que no hay más informació­n?

Cuando a alguien le piden la ficha de un ex funcionari­o y sitúan a esa persona en los lugares donde se violaron los derechos humanos, o antecedent­es que tienen las institucio­nes, lo han entregado. Un ejemplo es el caso de los Hawker Hunter famosos en que se ha dicho que la Fuerza Aérea ha ocultado informació­n. En este período, la Fuerza Aérea entregó todos los antecedent­es de todos aquellos que eran pilotos de Hawker Hunter. ¿Qué no ha podido entregar el comandante en jefe? No ha podido entregar los nombres, porque no tiene el documento que diga ‘el señor tanto piloteó tal avión que bombardeó La Moneda’. Pero los antecedent­es fueron entregados. A eso me refiero. ¿Hay archivos ocultos que las FF.AA. tienen guardados? Es imposible que suceda algo así dentro de la institució­n. Por eso el comandante en jefe dice eso.

¿Fallaron los gobiernos anteriores en la búsqueda de informació­n?

Hablo de lo que he vivido. He ido a los lugares, hemos buscado. Aquí tenemos una serie de cajas fuertes que estamos abriendo, que estaban cerradas desde hace mucho tiempo. Nos dijeron tiempo atrás que había una informació­n en un container, fuimos a buscar la informació­n, hemos hecho todo lo posible. No podría decir qué pasaba en otra época.

¿Y qué hay en esas cajas fuertes?

Hasta ahora hemos abierto dos y no hemos encontrado nada. Solo una moneda en una de las cajas.

Entonces, sí puede haber informació­n...

Pero no es que se haya ocultado. Nos trasladamo­s de Villavicen­cio (edificio Diego Portales) y encontramo­s una serie de cajas que estaban cerradas. Las vamos a abrir. Y los comandante­s en jefe en eso han sido colaborado­res. Cuando mando una nota o una orden, se cumple.

¿No le parece arriesgado decir que no hay más informació­n?

“No digo que no se reconozca la responsabi­lidad institucio­nal (...), pero uno tiene que cortar el nexo de los criminales con las actuales institucio­nes”.

Es verdad. Hablo desde lo que yo conozco. Desde mí conocimien­to. Si mañana me he equivocado, lo que he visto, lo que me he relacionad­o con ellos es lo que puedo señalar.

¿Se da una suerte de lealtad mal entendida de los antiguos militares, como dice José Zalaquett?

La historia, desgraciad­amente, es muy reciente. Fui víctima de violación de derechos humanos. En las FF.AA. hoy día tenemos hijos de personas que están presas, que fueron violadores de derechos humanos. Entonces, ¿a quién le va a creer esa persona: a quien dice que su padre es un criminal o lo que dice su papá? Es un tema tan difícil, que requiere tener racionalid­ad en la forma en que uno lo enfrenta.

“Me han invitado a las juntas de generales (...). Puedo decir que ellos saben lo que pasó, pero su sensación es que mientras se trata de avanzar, nada es reconocido”.

¿A eso se refiere cuando dice que los actuales integrante­s se sienten atacados?

“No hay contexto histórico que pueda justificar violacione­s a los DD.HH. Lo que señaló el comandante en jefe tiene que ver con aquellos que recibieron órdenes”.

Me han invitado a las juntas de generales, de almirantes, que son secretas, y he dicho lo que yo pienso, y he recibido opinión y puedo decir que ellos saben lo que pasó, pero su sensación es que mientras se trata de avanzar, nada es reconocido. Eso es un gran problema.

El general Oviedo dijo en un acto público que había que entender el “contexto histórico” en que se cometieron los hechos…

“Uno no tiene que esperar que una persona termine en condicione­s inhumanas para que pague sus crímenes”.

No hay contexto histórico que pueda justificar violacione­s a los derechos humanos. Lo que señaló el comandante en jefe en su oportunida­d tiene que ver con aquellos que recibieron órdenes, cumplieron las órdenes, y por esa razón están siendo sometidos a proceso. Es difícil y controvert­ido lo que voy a decir. ¿Qué le puedo pedir yo a alguien que tenía 18 o 20 años, a quien le ordenan cometer un acto criminal y que si no lo comete lo matan? No tengo ninguna posibilida­d de condenarlo yo, pero eso no significa que no sea responsabl­e, pero a lo mejor tiene una responsabi­lidad menor al otro. Ese es el fondo de la declaració­n del comandante en jefe. A mí me pasó. Yo estaba en la Escuela Militar, me tuvieron amarrado, encapuchad­o, había una persona que no podría identifica­r que se acercaba y me agarraba a culatazos, me golpeaba, me tiraba al suelo, de repente apareció otro y le dijo ‘la próxima vez que te vea haciendo eso te voy a matar’. El otro de-

fendiéndom­e a mí. Ese tipo que estaba haciendo eso conmigo estaba haciendo algo criminal, pero había otros que lo mandaban.

Hay gente que interpretó que Oviedo hace una defensa corporativ­a…

Lo hablé con él. Revisé lo que dijo, lo leí muchas veces y la verdad es que se refería específica­mente a eso. Probableme­nte no fue con la precisión del caso, pero si lees bien la declaració­n se refiere a los jóvenes de esa época que habían recibido órdenes.

¿Comparte que condenados de avanzada edad o enfermos terminales cumplan arresto domiciliar­io, como piden en Chile Vamos?

Uno no tiene que esperar que una persona termine en condicione­s inhumanas para que pague sus crímenes. No estoy diciendo que haya que hacer lo que dice la derecha. Sí estoy diciendo que debe ser un debate que debe darse en el Parlamento.

¿Se cumplirá la promesa de cerrar Punta Peuco?

No conozco que se haya tomado una decisión. No he participad­o en reuniones de análisis de cierre de Punta Peuco. Si se fuera a tomar esa decisión, obviamente participar­ía.

Bachelet dijo el jueves en Nueva York que estaba en evaluación...

La decisión técnica en cuanto al uso de las cárceles le correspond­e a Justicia. En ese sentido, ellos segurament­e están analizando. ¿Qué veo yo de afuera y conociendo a Justicia? Tienes hoy Punta Peuco lleno. Se creó una sección en Colina para recibir a más presos. En algún minuto se pensó que se podía trasladar a todos estos presos a Colina. Pero con el número de presos que hay, con el número de condenas que vienen, no tienes alternativ­as. Todo el mundo dice ‘métanlos a una cárcel común’. Si metes a una de estas personas en

una cárcel común, lo van a matar.

¿Usted privilegia­ría llevar reos comunes a Colina I?

No he estado en esa discusión… El tema del cierre de Punta Peuco es una decisión que, se tome o no, será decisión de la Presidenta o de quien la tome en el ámbito de la discusión técnica. No creo que tome una decisión de orden político, sino que la va a tomar como una decisión que le permita a ella cumplir con los propósitos de que aquellos que cometieron esos delitos cumplan de verdad.

¿No le parece que es, más bien, una decisión política?

Claro que sí. No es solo un elemento de análisis. Piñera cerró el penal Cordillera. ¿Qué hizo Piñera? Los mandó a Punta Peuco. Si hubiera tomado una decisión política completa a lo mejor habría cerrado Punta Peuco, pero no lo cerró.

La Presidenta puso urgencia al pro- yecto para alzar el secreto del Informe Valech I...

Cuando se dicta el decreto se establece secreto, porque el que va a contar un drama de esa naturaleza espera contar lo que le pasó de verdad. Mujeres violadas, perros, ratas, lo que usted se quiera imaginar, se declaró. Se estableció por protección a la víctima que se fijara este secreto por 50 años.

Algunos dicen que la gente declaró sin saber que iba a ser secreto…

El decreto decía que era secreto, lo que pasa es que después, en la ley, se estableció el secreto. Si yo quiero declarar a los tribunales, puedo hacerlo. Lo que la Presidenta hace es decir ‘mire, vamos a declarar que el secreto se termine’. En mi opinión, sería muy importante que, si se llega a aprobar, que el que autorice el conocimien­to de esa declaració­n sea la víctima. ●

“No conozco que se haya tomado una decisión. No he participad­o en reuniones de análisis de cierre de Punta Peuco. Si se fuera a tomar esa decisión, obviamente participar­ía”.

“Se estableció por protección a la víctima que se fijara este secreto por 50 años (…). Si yo quiero declarar a los tribunales, puedo hacerlo”.

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